Nacajuca merece un mejor futuro....
Nacajuca es, sin duda alguna, un municipio emblemático
Nacajuca es, sin duda alguna, un municipio emblemático por sus orígenes, su historia, su posición geográfica (aledaño a la capital tabasqueña) y sus luchas constantes por la superación de sus habitantes.
Un municipio donde existen vivos testimonios del inicio de las batallas democráticas que, en su oportunidad, libró el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador acompañado de las etnias locales en el ánimo de combatir a las llamadas "mafias del poder".
Pero también un municipio donde el saldo, en tiempos de la 4T, no ha sido tan favorable como podría haberse esperado cuando en 2018 se avizoró esa gran oportunidad de que el oriundo de Macuspana –identificado plenamente con las causas sociales de las comunidades indígenas tabasqueñas-- arribara a la Presidencia de México.
Por eso hay quienes, parafraseando al Presidente AMLO señalan con insistencia –en vísperas del 2 de junio, día de la elección-- que los nacajuquenses ya no quieren "más de lo mismo". Que ya están cansados de la misma receta. Que ha llegado la hora de cambiar el rumbo porque Nacajuca –y desde luego sus comunidades— merecen un mejor futuro. Ya basta! del predominio de las mafias del poder. Es tiempo de sacudirse ese pesado lastre de la ineficiencia y encauzar a este municipio hacia una auténtica y verdadera etapa progresista.
En la antesala de esa gran decisión para elegir a sus próximas autoridades municipales los nacajuquenses tienen hoy varias opciones, pero sin embargo lo que se dice en las comunidades, en la calle y en los pueblos es que la competencia real está entre el arquitecto Roberto Ocaña Leyva (abanderado del Partido del Trabajo) y la candidata Sheyla Darlin Álvarez Hernández (Morena) que busca la reelección pero quien en los recorridos que efectúa como parte de su campaña política está recibiendo fuertes reclamos de parte de la ciudadanía que padeció el desdén y el desinterés de su gestión en la atención de problemas comunitarios.
Y es que el de la reelección de alcaldes es un tema pendiente en la agenda nacional como recientemente lo señaló la candidata Claudia Sheinbaum cuando en el arranque de su campaña presidencial –en el Zócalo de la Ciudad de México-- anunció una reforma constitucional para "recuperar la consigna que dio origen a la Revolución Mexicana y quedó plasmada en la Constitución de 1917: Sufragio Efectivo. No reelección".
Pero más allá de eso, la ex jefa de gobierno del DF ha sido muy precisa en torno a ese tema al señalar que en el caso de los alcaldes "el trabajo de gobierno puede medirse para que la población decida (a través de la reelección) dar continuidad o no" a una gestión municipal.
O sea para la candidata presidencial morenista el tema está claro: Quien aspira a una reelección (en presidencias municipales) si ha hecho muy buen trabajo en beneficio del pueblo bueno y sabio, seguramente tendrá el respaldo nuevamente ante las urnas; si no fue así, "la medición" se verá reflejada en la boleta electoral.
Y en Nacajuca, déjeme decirle lector querido, se percibe el hartazgo ciudadano en contra de quienes tuvieron la oportunidad de servir pero en lugar de ello se sirvieron del poder y hoy andan ofreciendo en colonias y comunidades hasta las "perlas de la Virgen", como diría el inolvidable maestro Enrique González Pedrero, ex gobernador talentoso de Tabasco.
Hoy, los nacajuquenses están viendo en el 2 de junio la oportunidad para elegir una nueva autoridad y dar ese gran viraje que se requiere con el fin de romper inercias para reencauzar el rumbo y que dicho municipio pueda acceder a mejores oportunidades de progreso y desarrollo social.
Entrelíneas....
En síntesis, la reelección de alcaldes es óptima, muy favorable siempre y cuando exista un proyecto real, auténtico de gran impacto social en beneficio de los ciudadanos; pero cuando en la medición de resultados hay carencia de logros que trasciendan, ese ejercicio acaba por sumergir a los municipios en vicios y hasta actos de corrupción perjudiciales para sus habitantes.