Partidos y movilización

El sistema de partidos en México muestra signos de colapso, especialmente tras la desaparición del PRD y el fracaso de las candidaturas independientes.

Comentaban algunos compañeros de la fuente de gubernatura, el colapso que observan a la distancia desde sus muy interesantes puntos de vista, de los partidos políticos en México y particularmente en el trópico.

Aún con el fracaso de los primeros chispazos en cuanto a candidaturas independientes y la desaparición del PRD en este último proceso, los indicios del colapso en el sistema de partidos en México, son cada vez más que evidentes.

Antes del 2018, la crisis política que generó la aparición del voto del “hartazgo”, permitió al país superar la crisis de la democracia que había comenzado a preocupar a los estudiosos del tema.

Sin embargo en estos últimos cinco años, el partido gobernante, más allá de una tesis ideológica que esté impulsando conciencias ciudadanas, se manifiesta alejada de la sociedad contemporánea que le otorgó el voto.

La simbiosis podría generar confusiones en un partido con legitimidad democrática y respaldo social, que sin embargo no se identifica con los problemas cotidianos de los ciudadanos. Entendido desde luego que el movimiento, hizo efectivo el discurso de “los conservadores” que les funcionó electoralmente hablando, pero hasta ahí.

En este contexto, la refundación estructural que partidos de oposición están aplicando para no desaparecer del sistema político mexicano, podría entenderse así, para no desaparecer. Orgánica, pero sin efectos.

Sin embargo en el ámbito nacional, hay “chispazos” que no pueden dejar de considerarse como riesgosos para el mismo régimen 4teista, comenzando con el desplazamiento indígena de Chiapas hacia Centro América; la reagrupación de productores agropecuarios del centro y norte del país, Transportistas, Ganaderos, Ejidatarios,  incluso madres de desaparecidos también por problemas de inseguridad, que han comenzado a organizarse ajenos a cualquier tipo de intervención política o partidista.

En el caso de Tabasco por ejemplo, bloqueos, protestas y reclamos ciudadanos, por problemas de luz, agua, inseguridad, parten de la misma organización civil, muy, pero muy alejados de cualquier abanderamiento partidista o político. 

Puede observarse todos los días en las “benditas redes sociales” que la ciudadanía está sola ante sus demandas. Los triunfos arrebatados a Morena en la tierra del presidente inclusive, partieron más de participación social abierta que de partidos políticos. Ahí la gente optó por votar más por las personas, que por el régimen o los partidos.

El divorcio pues, entre el ciudadano y el estado, alcanzó a los partidos políticos. El reto evidente para la 4T por su parte, es lograr cerrar esa brecha o intentar convencer que finalmente fue la mejor decisión de los ciudadanos, mantener la confianza en el movimiento antes de caer en una resaca electoral.

Los partidos como vínculos para conectar los intereses e inquietudes de la sociedad hacía las instituciones y estructuras el Estado están lejos de hacerse presente. 

¿Ese es el principio del colapso?

Kybalión.- Aun cuando llega al cuarto para las doce, el arribo de Luis Rodrigo Marín Figueroa a la SETAB, garantiza desde luego una transición ordenada en el sector educativo, ante el inminente cambio de administración en Tabasco.

Opino que el subsecretario de educación media superior, es uno de los funcionarios públicos con excelencia proba en el terreno académico y educativo. 

De resultados tangibles, no hay que perderlo de vista, muy profesional y recto en sus responsabilidades.