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ME GUSTA EL TIEMPO, este, ondulante y esquivo; se acerca y se aleja
ME GUSTA EL TIEMPO, este, ondulante y esquivo; se acerca y se aleja; me incita a verme al espejo para mirar su paso, y solo miro la huella que va dejando en mi piel. Miro el polvo como estela, reflector del tiempo. Tiempo a la vez benevolente y cruel. Indiferente.
ME GUSTA EL AIRE. Lo siento en mi rostro y en mis pulmones. Sé que viaja dentro de mí como en río subterráneo, diluido, llevando y anunciando la buena vida. Libre me da en el rostro, me despeina. De vez en cuando se entretiene y divierte tumbando un árbol, las láminas de una casa humilde, tira hojas, y levanta la falda a las muchachas.
ME GUSTA LA MÚSICA. Porque activa mi alma, mueve mis pies. Me llena, me sublima, me emociona. A veces acompaña con un rozar de cuerdas, pedernal sonoro, de donde sale un sonido como el crepitar de fuego, o erupción del volcán generador de luz y de descendencia.
ME GUSTA EL VUELO, que las más de veces es de aves, menos de aeroplanos y mucho menos de drones. Miro en las alturas el movimiento en el batir de alas, como remos para el agua. De pronto el ave va en picada (o viene, dependiendo si camino entre las nubes o terrenal me muevo) y pesca un bello pez que juega en la superficie del agua. Los peces vuelan también, por breve tiempo, como un poema rebelde contra su destino.
ME GUSTA EL BRAVO o calmo mar. Las altas olas se diluyen en su fluir eterno. Arrastran pompas de jabón brumosas, alguna astilla de barco roto, y en ocasiones milagrosas una carta de amor metido en una botella con destinatario "a quien corresponda". Tú o yo. Y sostienen los sueños olvidados del origen. El pez ha sido pescado, perdiendo la batalla por no haber podido construir la espada de sal.
ME GUSTA EL SER HUMANO en sus distintas variantes, ególatra, sencillo, altanero, piadoso, iracundo, pacífico, soñador, imaginativo, amoroso, rupestre, animal. Lo miro en sus distintas variantes, en su comportamiento contradictorio de guerra y paz. El hombre danza aún con pies de plomo, y caza; la mujer sueña a la vez que repara el barco de la imaginación para el viaje. No olvides el fardo que ata, contiene, inhibe, mata. Importa deshacer el nudo, variante del yugo (desquitad la rima).
ME GUSTA LA MARIPOSA en su vuelo y apetalizaje. La belleza es algo tan natural en la existencia, que aún sin que nadie la mire, se manifiesta como armonía, paz, fluir en gozo natural. No cortes la flor, ni detengas el vuelo de ella. La naturaleza no se desequilibra si no admiras su belleza.
ME GUSTA EL LIBRO. Allí está contenida la luz. Solo dicha luz muestra el camino para el caminar erguido. Lo demás son historietas de autoayuda. Leerlo será el primer paso para leer la vida, las miradas, el movimiento de los labios, el clamor de la naturaleza, y leer el amor ante todo.
ME GUSTA EL CAFÉ, el verdadero, el de suave aroma, el que mueve las mariposas, te remonta al origen, te hace vislumbrar presente, anticipar las horas, hace fugaz el tiempo, mueve tu mirada al crepúsculo en el firmamento, el que te libera del tormento, el que te mueve a escribir, el que te acerca a lo sublime, que es palabra y a la vez silencio.
ME GUSTAN LOS NÚMEROS y las letras, los crucigramas y las fotos de Marlene Dietrich y Marilyn, las tragedias escritas por Sófocles y Esquilo, la más modesta biblioteca llena de entusiastas niños e inteligentes y luminosas niñas, los experimentos de física y química en un salón de clases rural o de la periferia, la imagen de alimentar al niño de días o semanas, la nube cuando se difumina en humedad, el perro juguetón y guardián, la melodía de montaña que sale de un viejo violín, el calcetín solo extraviado y más cuando encuentra su par, el hablar de la abuela con su respectivo andar y la sonrisa de luz. Me gusta la vida y su otra cara de la moneda.