Me gusta cuando callas, dice el poder

PENSAR EN ESENCIA es filosofar. Y digo en esencia porque si el pensamiento gira solamente en las prisas

ME GUSTA la filosofía. Me gusta saber de personajes como Diógenes, por sus características y enseñanzas. Sus anécdotas me sé pocas. Se sabe que vivía en la calle. Y le decían El Perro. Desprovisto de ese chip de la riqueza habida o mal habida, que en el fondo se confunde aunque sea distinta, andaba por las calles de Atenas, con una lámpara encendida de día. Le decían que estaba loco, por lo mismo, y por muchas otras cosas que hacía y decía. Le preguntan de su proceder con esa lámpara encendida de día: "es que ando buscando ciudadanos honrados en Atenas", decía.

PENSAR EN ESENCIA es filosofar. Y digo en esencia porque si el pensamiento gira solamente en las prisas, en comer y descansar, en obtener riquezas, en lo inmediato, en lo inocuo, en lo vacío, eso es también pensar, pero no es filosofar. Aquí se centran: ¿lloverá o no? ¡Las cosas están muy caras! ¡La gasolina sube, lenta pero firme!. Pensar en la categoría de buscar y analizar causas, plantearse soluciones, pensar en origen y destino, sobre el origen de la vida y muerte, es filosofar.  Conclusión: todos pensamos, pero pocos filosofan.

Y ES CIERTO que si todos pensamos, pero pocos filosofan, entonces más pocos aún son los filósofos profesionales, dedicados a esa disciplina llamada la madre de todas las ciencias. La mayoría somos empíricos o aficionados. Como en el caso de la música: yo me sé las notas en el pentagrama y unos quince acordes en la guitarra. Pero pocos son los músicos de verdad. Y aún entre estos hay la diferencia del músico de oídas y el que estudió en escuelas especializadas.

EN SU ETIMOLOGÍA la palabra se divide en "Filos", que significa amigos, y "sofos", que significa sabiduría. Algo así que los practicantes de la Sofía, son como sus amigos. También se le dice, en el mejor de los sentidos "amantes de la sabiduría", que todavía tiene mayor significación, en lo que se refiere a la pasión y entrega a la sabiduría.

AHIRA QUE ANDO en lo de las lecturas de cuentos los sábados a las 2: 30 pm,  recuerdo mucho el cuento del ruso Lev Tolstoi, ese que se llama "Cuánto necesita de tierra el hombre", y trata de la ambición desmedida del ser humano (de muchos, para ser precisos y no ofender). Conclusión dos metros cuadrados de tierra. Y en vida teniendo lo mínimo, no necesita más. En el cuento la ambición de querer más y más hectáreas de terreno, y cada vez más, al final el personaje se enfrenta en la compra de nueva tierra, donde es tan barata que por un módico precio adquirirá todo lo que logre caminar empezando desde el amanecer, y rodear, con la condición de que regrese al punto inicial antes de que anochezca. Regresa a punto de oscurecer, ya rodeando un perímetro de extensión muy grande, solo para caer infartado.

YO REITERO que la función fundamental de la escuela es enseñar a pensar, y que todos los problemas se derivan de esa falta de conciencia sobre lo que debe lograr la enseñanza oficial y no oficial: enseñar a pensar.  Aprender conocimientos sin brújula es perderse; adquirir conocimientos sin conciencia, es proveer herramienta para sobrevivir, pero no para una vida con conciencia plena. 

SE TIRA BASURA a la calle porque no se piensa. Se roba porque no se piensa. Se enferma de estrés el ser humano porque no se piensa. Se rellena la laguna. Y así puede usted obtener múltiples ejemplos de esa ausencia de lo esencial del ser humano, que lo diferencia de las otras especies de la naturaleza. Ni modo, pero así es. (…) Sin embargo el hombre mata por ambición, por coraje, por despecho, por diversión, por dinero, por el petróleo mundial, por la ganancia y la plusvalía.

ASÍ LO DICE Serrat en su canción Ciudadano: "Anónimos y desterrados en el ruidoso tumulto callejero, con los vientos en contra va el ciudadano. Los bolsillos temblando y el alma en cueros, rotos y desarraigados. Hablando a gritos, golpeando los adjetivos precipitadamente, asfixiado en los humos y en las cuestiones, se cruzan y entrecruzan, sordos e indiferentes, a salvo en sus caparazones. ¿A quién le importarán tus deudas y tus deudores o los achaques de tus mayores? Así reviente el señor, de miedo y de soledad, con Dios, ciudadano, ya te apañarás."

AL PODER le gustan personas calladas, ausentes, indiferentes. Qué discutan en casa, cafés y cantinas. Que rumien en soledad su coraje. Y de ser posible que se lancen como perros rabiosos para defenderlos de quienes promueven la participación de la ciudadanía." Hacemos un llamado a los ciudadanos a los que tienen conciencia..." 

SERRAT sigue en su canción Ciudadano: "Y se amontonan y se hacinan, encima, enfrente, abajo, detrás y al lado. En amargas colmenas los clasifican, donde tan ignorantes como ignorados crecen y se multiplican; para que siga especulando con su trabajo, su agua, su aire y su calle la gente encantadora... Los comediantes qué poco saben de nada, nada de nadie, y son ciudadanos importantes." (Texto completo en la página de Antonio Solís Calvillo en las redes de Facebook)