Los orígenes del Modelo Imperial, un acercamiento

El lector va a poder conectar directamente con la situación actual en México

Como ha visto el paciente lector, es mi interés plantear y explicar la diferencia entre dos modelos –el imperial y el democrático- que desde mi punto de vista y de otros estudiosos que he mencionado y otros más que citaré, explican la diferencia en el desarrollo de las naciones, México incluido.

Es difícil establecer un momento histórico cuando el Modelo Imperial quedó completamente cuajado. Había una serie de imperios de Babilonia, Persia, Atenas, India o China, pero me parece que es con la conformación y consolidación del primer gran imperio mundial: el Romano. Para sustento, voy a recurrir al gran historiador francés del Siglo XIX, Numa Denis Fustel de Coulanges, y su estudio clásico sobre el tema, “La Ciudad Antigua” en su versión inglesa, “The Ancient City”, especialmente en su capítulo penúltimo de reflexiones sobre Roma, tanto como ciudad de la Antigüedad como Imperio.

El lector va a poder conectar directamente con la situación actual en México, simplemente intercambiando el Gobierno Federal y Roma, así como los gobiernos estatales y municipales por las múltiples ciudades antes independientes, agrupadas en municipalidades, especialmente en Grecia y en lo que es hoy en día Italia, y posteriormente aniquiladas por Roma.

En primer lugar, dice el historiador: “La libertad municipal y el gobierno de Roma eran irreconciliables; el primero podría ser sólo una apariencia, una capucha falsa, una diversión calculada para desviar las mentes de los hombres.”

Prosigue: “O sea, Roma conservaba las apariencias de la libertad municipal (de las ciudades sometidas) para que sus poblaciones siguieran pensando que eran independientes.

En segundo lugar, para poder efectuar su truco histórico, Roma dejaba algunas funciones triviales y ceremoniales a las ciudades sometidas. Veamos: Todavía tenían sus magistrados municipales, sus arcontes, ya no tenían ningún otro deber que inscribir su nombre en los registros con el fin de marcar el año, y el strategus, en tiempos anteriores el jefe del ejército y del estado, ahora no tenía otro cuidado que mantener las calles en orden e inspeccionar los mercados.”

En tercer lugar, Roma dejaba que la vaciedad del tiempo sin instituciones fuertes trabajase a su favor y debilitaba a las ciudades sometidas en forma definitiva, eliminando por completo posibles rivales, y más que nada ideas y modelos antagónicos: “Entonces, también, los romanos, mientras en todas partes destruían el sistema municipal, no sustituyeron nada en su lugar. A las personas cuyas instituciones les quitaron, en cambio no les dieron las suyas. Los romanos nunca pensaron en crear nuevas instituciones para su uso; nunca hicieron una constitución para la gente de su imperio, y no entendieron cómo establecer reglas fijas para su gobierno. Incluso la autoridad que Roma ejerció sobre las ciudades no tenía regularidad. Como no formaban parte del estado ni de su ciudad, no tenía poder legal sobre ellos. Sus súbditos le resultaban desconocidos, razón por la cual ejercía este poder irregular e ilimitado que la antigua ley municipal permitía a los ciudadanos ejercer contra extranjeros y enemigos. Fue sobre este principio que la administración romana estuvo relacionada desde hace mucho tiempo, y esta es la manera en que se llevó a cabo.”

UN SUPREMO EMISARIO

Este tercer paso lograba la situación que quería Roma: un pueblo sometido no sólo a ella sino también al personaje enviado por ella como su supremo emisario, quien podía disponer de las vidas y propiedades de sus súbditos sin más ley que tal vez su propio código personalista. En consecuencia, tenemos el cuarto paso: “Roma enviaba uno de sus ciudadanos a un país. Ella hizo de ese país la provincia de este hombre; es decir, su cargo, su propio cuidado, su asunto personal; este era el sentido de la palabra provincia. Al mismo tiempo, confirió a este ciudadano el imperium; esto significaba que ella rindió a su favor, durante un tiempo determinado, la soberanía que tenía sobre el país. Desde ese tiempo, ese ciudadano representó en su persona todos los derechos de la república, y por este medio era amo absoluto.” ¿Les parece conocido? * (El autor ha dedicado un amplio análisis a los modelos imperial y democrático, en especial con una propuesta de revisar las raíces de nuestro rezago. “México y su modelo de desarrollo. Bases para pensar nuestras opciones”. Centro de Estudios e Investigación del Sureste)