OPINIÓN

Leona Vicario Benemérita y dulcísima Madre de la Patria
26/08/2020

Un 21 de agosto pero de 1842,  fallece  María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador. Nuestra entrañable Leona Vicario, la principal heroína de la independencia de México, la primer mujer periodista; la única mujer a la que se le ha dispensado Funerales de Estado, y a la que cuatro días después de su muerte, el 25 de agosto de 1842, el Congreso de la Unión declaró “Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria”

Hija de un acaudalado comerciante español y de Camila Fernández de San Salvador, descendiente directa de  Ixctlixóchitl,  el último tlatoani de Texcoco, llevaba en sus genes el choque de la sangre. Huérfana muy niña, quedó a cargo de su tío, un recalcitrante realista, y su primera acción fue comprar una casa junto a la de su tío, e independizarse.

Recibió una buena educación, y lectora asidua de los enciclopedistas no ocultó sus simpatías por el naciente movimiento de independencia. Su tío quiso casarla con un coronel, pero rehusó. Conoció al joven abogado Andrés Quintana Roo, pero su tío lo alejó  por su condición de pobreza.

Perteneció a la organización  “Los Guadalupes”, que financiaba, apoyaba e  informaba a los insurgentes. Convenció a unos armeros vizcaínos que se unieran a los insurgentes y viajó a Tlalpujáhuac, al campamento de Ignacio López Rayón, donde se dedicaron a fabricar cañones financiados con las joyas y algunos bienes vendidos por Leona Vicario.

Pero finalmente nuestra heroína fue descubierta, enjuiciada y despojada de todos sus bienes y condenada a prisión. En Mayo de 1813, tres insurgentes  disfrazados de guardias reales, la liberaron, y huyó a unirse con los rebeldes casándose con Andrés Quintana Roo, con quien finalmente llegó a tener  tres hijas. Trabajó en periódicos insurgentes y en el Congreso de Chilpancingo, colaborando con Morelos.

Rechazó algunos mensajes de indulto, pero en 1818 habiendo sido detenida en Tlatlaya, con su pequeña primera hija, por seguridad de ella , tuvo que aceptar el indulto y trasladarse a la capital, donde continuó con su labor literaria  y poética en los periódicos de la época.

Consolidada la independencia, el Congreso la compensó con algunas propiedades en 1823, y el resto de su vida continuó su labor. Especialmente escribió en El Federalista, un periódico financiado por ella, de tendencia liberal y federalista,  en el que tuvo algunas polémicas.

Lucas Alamán, refiriéndose a ella,  escribió que  algunas mujeres habían ido a la guerra por amor. Y ella inmediatamente le contestó: “Confiese Sr. Alamán que no sólo el amor es el móvil de las acciones de las mujeres; que ellas son capaces de todos los entusiasmos y que los sentimientos de la gloria y la libertad no les son unos sentimientos extraños; antes bien vale obrar en ellos con más vigor, como que siempre los sacrificios de las mujeres, sea el cual fuere el objeto o causa por quien las hacen, son desinteresados, y parece que no buscan más recompensa de ellos, que la de que sean aceptadas. Por lo que a mí toca, sé decir que mis acciones y opiniones han sido siempre muy libres, nadie ha influido absolutamente en ellas, y en este punto he obrado con total independencia y sin atender que las opiniones que han tenido las personas que he estimado. Me persuado de que así serán todas las mujeres, exceptuando a las muy estúpidas, y a las que por efecto de su educación hayan contraído un hábito servil. De ambas clases hay también muchísimos hombres. Leona Vicario”.

Fue sepultada junto con su esposo, Andrés Quintana Roo, en el desaparecido panteón de Santa Paula, de donde el 28 de mayo de 1900 los restos de ambos fueron trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres del Panteón de Dolores y en 1925 finalmente colocados en la Columna de la Independencia.

En el Muro de Honor del Congreso de la Unión está escrito su nombre con letras de oro, y en toda la república existen estatuas, y un sinnúmero de escuelas, bibliotecas, calles, parques y poblados llevan el nombre de esta excepcional mujer, nuestra gran heroína, Benemérita de la Patria, escritora, primera mujer periodista. Y aquí la recordamos a  los 178  años de su fallecimiento.




DEJA UN COMENTARIO