Las leyes pendulares nos auguran “buenos tiempos para la lírica”
Permítanme que hoy hable solo de eso, de futuro, en el que esperamos elecciones de las que hablaremos en las entregas que vienen
Los Datos se han ido consolidando a la baja, semana tras semana, después de la segunda ola que llegó después de las navidades y en Tabasco, el comentario general es que, a pesar de la falta más que evidente de prevención de los ciudadanos, la pandemia tiene más de domada que de descontrolada. Existe la creencia popular, que no está científicamente comprobada de que, sin saber muy bien cómo, llegamos a lo que todo el mundo deseaba: El efecto “rebaño” que consiste en que cuando más del 70 por ciento de la población se contagia del virus se llega a la inmunidad colectiva. Lo cierto es que tanto en el número de contagiados, hospitalizados y de fallecimientos en nuestro estado no hemos padecido situaciones tan dramáticas como en otras entidades federativas, como por ejemplo en la ciudad de México. Con todo el respeto a los que perdimos por el COVID, se puede asegurar que en Tabasco hemos tenido bastante suerte y no nos ha ido tan mal. Los expertos hablan de la posibilidad de una cuarta ola y por eso no podemos dejar de seguir atendiendo a las medidas preventivas ya clásicas de usar el cubre bocas, guardar la sana distancia y lavar nuestras manos hasta las muñecas varias veces al día, o cuando nos encontremos en situaciones de posible contagio. Y por supuesto salir a la calle solamente en casos de necesidad. Con estos números no hay que escatimar elogios al gobierno de Tabasco y a nuestro Gobernador, Adán Augusto López que, aún en estas circunstancias tan complicadas no ha perdido la mano firme en el timón y ha aplicado con acierto todas las medidas necesarias para proteger a los tabasqueños con los resultados tan positivos que estamos comentando. Hay que reconocer que, al menos en Tabasco, los resultados en la lucha contra el COVID, han sido muy eficaces, insistiendo en que sin olvidar el alto número de víctimas que, por desgracia, se han registrado. Todo aderezado con las complicaciones económicas que vienen asociadas al confinamiento y al descenso espectacular de la actividad productiva y comercial lo que nos arrojó a otro túnel: el de la recesión que irremediablemente conduce al desempleo y el hambre y de ahí derecho al inconformismo social y en algunos casos a las revueltas populares en protesta por la falta de rumbo. Adán Augusto López, con firmeza no exenta de humanismo, ha impedido que la situación se saliera de control, aspecto que todos hemos podido comprobar y en muchos casos agradecer. Ahora estamos en el túnel viendo la luz de la salida porque han comenzado a llegar las vacunas y en esta semana comenzaron a aplicarse a los adultos mayores iniciando en Cunduacán con las medidas más avanzadas y audaces para su aplicación. Se están inyectando en los centros de Salud, pero también en vehículos particulares y hasta en las motos, al igual que se está haciendo en países que por sus características de población muy numerosa necesitan ser distribuidas de manera masiva y no selectiva. Todo esto necesariamente nos conduce a un futuro promisorio porque no hay duda alguna de que la enfermedad se acabará más temprano que tarde y como todas las leyes pendulares demuestran los tiempos de tristeza e incertidumbre darán paso a la esperanza y al futuro. Permítanme que hoy hable solo de eso, de futuro, en el que esperamos elecciones de las que hablaremos en las entregas que vienen. Tiempo sobra para analizar nuestras obsesiones, entre ellas a nuestra reina y soberana: la política.