AMLO: ¿Qué debemos hacer?
Andrés Manuel López Obrador, desde sus primeros pasos en la política, ha impulsado la idea de utilizar la riqueza petrolera de México en beneficio de la población
DESDE EL INICIO DE SU ACTIVIDAD POLÍTICA EN TABASCO, EL ACTUAL PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR PLANTEÓ UNA PROFUNDA TRANSFORMACIÓN POLÍTICA QUE ABARCABA EL APROVECHAMIENTO DE LA RIQUEZA DEL PAÍS EN BENEFICIO DE LAS MAYORÍAS. EL PETRÓLEO NO ES LA EXCEPCIÓN. EN SEPTIEMBRE DE 2008 TERMINÓ DE ESCRIBIR SU LIBRO “LA GRAN TENTACIÓN. EL PETRÓLEO DE MÉXICO”. OFRECEMOS A NUESTROS LECTORES UN FRAGMENTO DE LO PUBLICADO Y QUE SE CONVIRTIÓ EN PROYECTO DE GOBIERNO.
“Es de la mayor prioridad impulsar aquí el crecimiento y las inversiones industriales para crear empleos. Necesitamos urgentemente que Pemex construya nuevas refinerías para elaborar nuestra propia gasolina. No debemos caer en el engaño de (Felipe) Calderón de que los únicos que pueden hacer estas refinerías son particulares y extranjeros. Insistimos en que sí hay recursos públicos para la inversión. Los ingresos petroleros excedentes fueron de 12 mil millones de dólares en 2007; y en 2008 serán cuando menos de 20 mil millones. Con menos de la mitad de estos excedentes se pueden construir las refinerías necesarias para dejar de importar gasolina.
Se deben reducir los precios de los energéticos en el mercado interno para hacer competitiva a nuestra industria. No de manera arbitraria, sino tomando como base el costo de producción nacional y no los índices de Estados Unidos. Para eso tenemos que proteger nuestro petróleo, refinar nuestra propia gasolina y combatir la corrupción en Pemex.
Es imprescindible que evitemos la privatización abierta o disfrazada del petróleo y sus derivados, como lo proponen Calderón y el PRI. Tenemos la oportunidad de hacer del petróleo una palanca para el desarrollo nacional, con precios baratos de la energía. Los empresarios privados van a querer cobrar los mismos precios de los Estados Unidos, a pesar de tener menores costos. El caso de la banca, con sus altísimas comisiones, deja claro que los empresarios extranjeros no vienen a hacernos favores, sino a obtener máximas ganancias con la complicidad del gobierno entreguista.
Nuestra economía debe crecer más y también sus exportaciones no petroleras. Si no creamos condiciones de certidumbre y de competitividad de largo plazo para la industria, el déficit externo seguirá creciendo como hoy, sólo ocultado por el petróleo. Actualmente la economía no tiene margen de maniobra frente a cualquier cambio brusco en el mercado petrolero o una caída en nuestra producción de crudo. Simplemente no tenemos una industria fuerte ni competitiva. Si no corregimos esto de inmediato, los problemas causados por una caída en la exportación de petróleo o por una recesión estadounidense prolongada, sólo serán responsabilidad de Felipe Calderón y de su gabinete, en el que prevalece la amistad y la complicidad por encima de la capacidad y la eficiencia. Frente a su actual inmovilidad, no admitiremos que le echen la culpa a factores externos.
Es urgente tomar las siguientes medidas:
1. Reducir el gasto corriente del gobierno federal. No puede haber un gobierno rico, con un pueblo pobre y una economía debilitada. Se requiere una reducción del gasto burocrático de por lo menos 200 mil millones de pesos o 2 por ciento del PIB.
2. Canalizar los excedentes petroleros a la inversión en Pemex. Proponemos invertirlos prioritariamente en exploración, producción, refinación y petroquímica.
3. Sólo con soberanía energética podemos reconstruir la cadena de valor del petróleo, es decir, el gas, las gasolinas, el diesel y la petroquímica. Esto implica un trabajo a fondo en Pemex y redefinir los objetivos de mediano y largo plazo para todo el sector energético.
4. No hay manera de separar la energía de los alimentos. Se tienen que reintegrar las cadenas productivas para maximizar el valor agregado y el empleo.
5. Para el sector privado, Pemex debe ser un proveedor confiable, con precios competitivos que permitan el desarrollo de las empresas privadas y de una agricultura sustentable.
6. La competitividad del país y la mejoría en la distribución del ingreso requiere una política efectiva de competencia. Los abusos de los monopolios y oligopolios reducen la competitividad de nuestros productores y son una pesada carga para el consumidor.
7. Hay que mejorar la coordinación entre Pemex y la CFE, buscando el aprovechamiento óptimo de las sinergias entre las empresas. Y necesitamos programas de apoyo a las empresas del sector energético, desarrollar energías alternativas, capacidades tecnológicas y empleo.
8. La soberanía alimentaria debe ser prioridad nacional. El campo mexicano nos puede asegurar oferta y a la vez arraigar a la gente en las regiones productoras, cuidando el medio ambiente. Se requiere un programa integral de apoyo de largo plazo a cultivos básicos. El programa requiere apoyo a los productores e insumos a precios competitivos.
Desgraciadamente, los próximos meses veremos un recrudecimiento de los problemas económicos, pero insisto en que sí hay alternativas. Si Calderón no corrige el rumbo, las consecuencias sociales y económicas de la crisis serán de su exclusiva responsabilidad. Por nuestra parte, vamos a seguir exigiendo un cambio de la política económica que tanto dolor y sufrimiento ha causado a la mayoría de la población. (La gran tentación. El petróleo de México. Págs. 196-198, Andrés Manuel López Obrador, Septiembre de 2008)