Agenda Ciudadana

Año Electoral: Nubarrones


El primero de marzo arrancará la etapa de campañas.  El oficialismo da por sentado que el resultado de la elección presidencial no se apartará de lo que las encuestas predicen, esto es, un triunfo holgado de Claudia.  Ciertamente, la mayoría de las encuestas indican que la candidata oficial aventaja significativamente a la candidata del Frente, Xóchitl Gálvez.  Así, todo indicaría que el escenario político estuviera tranquilo y que los ciudadanos no tendríamos de qué preocuparnos, pues estaríamos a las puertas de un proceso terso. Sólo tendríamos que esperar al 2 de junio, depositar nuestros votos y aguardar el momento de la sucesión.  No obstante, el contexto hoy es todo menos tranquilo y la ventaja de la que goza Claudia Sheinbaum sería inexplicable en un contexto político menos controlado y manipulado.  Sosegado no será el proceso.  Hay nubarrones, demasiados.

2023 cerró con serias complicaciones; 2024 arranca también intricado.  El crimen organizado ha estado haciendo de las suyas con especial énfasis desde los últimos días de diciembre, cuando desde la tierra misma del presidente—Tabasco—evidenció conexiones con mandos de seguridad y obligó la presencia militar, nada menos que de 2,500 elementos de la Guardia Nacional.  Masacres por varios puntos del país, la presencia del crimen organizado en Chiapas, videos en los que miembros del ejército amenazan a gente de comunidades de ese estado, quienes presumen la existencia de relaciones entre soldados y delincuentes son otros asuntos que muestran que la inseguridad es creciente en el país y que será uno de los temas que necesariamente deberán ser abordados en las campañas de los aspirantes. 

Más grave todavía es la arremetida que Loret de Mola ha emprendido en contra del presidente exponiendo grabaciones que exhiben posibles conexiones de corrupción entre sus hijos y el círculo de sus amigos cercanos.  Habrá más cintas y, seguramente, las más comprometedoras se darán a conocer en los días próximos al cierre de campañas y, por ende, de la elección.  Nada molesta más a López Obrador que la pérdida de puntos en las encuestas; no otra cosa ha hecho estos años que alardear su alta popularidad.  Los reportajes de LatinUs le han pegado donde más le duele: por un lado, sus hijos; por el otro, la auto creada imagen de hombre honesto.  La andanada de reportes terminará por sacar de sus casillas al presidente porque, además de que tiene razones políticas, la necesidad de protección futura para él y su familia también lo mueven a ganar sí o sí la elección presidencial.   

Por si no fuera suficiente, la figura de Claudia Sheinbaum no consigue arraigar, más allá de que sus números sean aún altos.  Su fortaleza radica en el trabajo institucional que se ha venido haciendo a su alrededor, lo que evidencia el desarrollo de una elección de estado.  Episodios como el derrumbe de una estructura del tren interurbano México-Toluca, recientemente inaugurado, no favorecen al oficialismo.  Sobre todo, cuando estas desgracias se presentan días antes del cierre de precampaña. 

Adicionalmente, Xóchitl Gálvez resurgió de nueva cuenta de manera categórica. No solamente cerró el sábado pasado con un extraordinario discurso que ha merecido elogios por parte no solamente de comentaristas de medios, sino también de actores políticos y civiles.  Expuso con claridad las debilidades del gobierno actual y se plantó ante ellas para hacer sus ofrecimientos.  Sin duda, el evento servirá para que ella y sus asesores pongan atención a los aspectos que deberán destacar.  Fue un acto masivo y eso atrajo la atención de los medios.  No tuvo tanto efecto, sin embargo, la presentación que ella y el Frente hicieron de su propuesta de presupuesto para 2024 en octubre pasado, hecho tan importante como el pronunciamiento de sus aspiraciones como presidenta.  Quizá deberá retomar ese presupuesto y manejarlo públicamente durante su campaña, pues resultaría un hecho innovador en los procesos de búsqueda de votos.  Señalar cómo se ejercerá el gasto implica, por un lado, ofrecer proyectos concretos y no objetivos inalcanzables; implica un freno a la demagogia. Quien dice cómo gastará los recursos del estado dice, con claridad, cómo gobernará. Por otro, abre la puerta para que los ciudadanos cuestionen cómo se obtendrán los ingresos para cubrir el gasto.  Quien dice cómo se hará de recursos dice, cómo planea relacionarse con los diferentes sectores productivos.  Sentaría Xóchitl, además, las bases para que la ciudadanía exigiera a los otros candidatos, especialmente a Claudia, que ofrecieran información similar. 

Así pues, el contexto no está tan abiertamente favorable al oficialismo. Hay nubarrones.  Tendremos un proceso electoral complicado.