LA ROSCA DE REYES

Esta costumbre se pasó principalmente a España con los juegos del haba, llamada ahora por los iberos faba

Nuestra Rosca de Reyes tiene un origen muy  antiguo. Y algunos la relacionan con las saturnales, fiestas dedicadas en la Roma antigua al dios Saturno, alrededor del solsticio de invierno, en las que se elaboraban y repartían por igual a plebeyos y  esclavos,  unas tortas redondas adornadas con higos, dátiles y miel, que en su interior colocaban una haba seca, y al que le tocaba esta haba lo nombraban Rey de Reyes, de la reunión o por un corto período.

Esta costumbre se pasó principalmente a España con los juegos del haba, llamada ahora por los iberos faba. Al que le tocaba esta faba lo nombraban Rey de la Faba. De ello hablan cronistas como Julio Caro y Ben Guzmán. La tradición en España es que el roscón contenga un haba, que al ser encontrado determina quién es el rey de la reunión.

 En el sur de  Francia se empezó a estilar esta torta o rosca y la llamaban “gateau des roi, o gallete des roi”. Desde luego esta misma costumbre se trasladó también en forma similar  a Portugal.

En México y Guatemala  la torta tiene forma de rosca rosca y pretende representar la corona real y la adornan con ates, acitrón, higos, dátiles y otros dulces y frutas confitadas  en referencia a las joyas de esta corona. Originalmente se insertaba un muñeco de  porcelana, finalmente sustituido por uno o varios de plástico, según el tamaño de la rosca o el pedido del comprador.

La rosca de reyes es un evento familiar o de grupo y lleva tantos muñecos como es su tamaño. Estos representan el ocultamiento y protección del niño ante la degollación de los inocentes. Aquel o aquellos que saquen en su porción  un niño automáticamente se comprometen a patrocinar una fiesta con  los mismos asistentes, con tamales y chocolate o atol, el 2 de febrero, día de la Candelaria.