Historia de carne y hueso
Historia de carne y hueso
El historiador Edmundo O’Gorman era un maestro singular. Quería que sus alumnos aprendieran a pensar en los hechos y los personajes de la historia como un asunto cercano, personal.
Al efecto solía preguntar a sus alumnos con qué personajes de la historia de México les hubiera gustado convivir, en qué circunstancias, haciendo qué cosa con cada quién.
O’Gorman era famoso por la inteligencia y la belleza de sus alumnas. Y a ellas las desafiaba, al fin del curso, con preguntas personalísimas, en aquellos tiempos sacrílegas, pero que en el fondo no buscaban sino estimular su imaginación histórica, volver el pasado un campo cercano, de carne y hueso.
Me ha contado en estos días uno de los alumnos hombres de O´Gorman, de los que tuvo muchos también, de gran talento, como Eduardo Blanquel, Jorge Alberto Manrique o Andrés Lira, de la vez que O’Gorman preguntó a sus alumnas estas tres cosas:
1. ¿Con cuál personaje de la historia de México te hubiera gustado pasar la noche?
2. ¿Con cuál te hubiera gustado irte de viaje?
3. ¿Con cuál te hubiera gustado casarte?
La respuesta memorable que dio una de las alumnas, cuya belleza era tan legendaria como su sentido del humor, fue todo un tratado de historia y de realismo femenino.
“Me van a lapidar ”, respondió, “pero a mí con quien me hubiera gustado pasar una noche es con Hernán Cortés. Viajar por el mundo, lo que se llama viajar, pues con el loco de Fray Servando Teresa de Mier. Y casarme, sin duda con el mejor marido registrado de nuestra historia, que es Lucas Alamán”.
De modo que: aventura con el aventurero, viaje con el juglar, y casa y sustento con quien probablemente fue la mayor inteligencia de su tiempo, pero no por esta razón, sino por su condición de pareja estable y proveedor seguro. Impecable selección, diría yo, y buena lección de historia.
La sola imaginación de pasar una noche con Cortés, hacer un viaje con Fray Servando o casarse con Lucas Alamán acerca la lejana historia a nuestra piel y nos ayuda a pensarla como cosa propia.
Ni Cortés ni Fray Servando ni Alamán son los mismos luego de estas respuestas.