Guerrero, territorio caliente....

"Por los caminos del sur/ vámonos para Guerrero/ porque le falta un lucero/ y ese lucero eres tú...", es un fragmento de la letra de una hermosa composición musical que forma parte de ese gran acervo artístico cultural del Estado de Guerrero, donde tal parecería cayó una maldición, por el tiempo que lleva la problemática de la inseguridad que ha trastocado la paz y tranquilidad de los guerrerenses.

Un Estado particularmente rico potencialmente por su comercio y el turismo, donde se encuentra el hermoso puerto de Acapulco el cual ha figurado en muchas escenas de la cinematografía, en las que han participado un sinnúmero de personajes de la vida artística de nuestro país.

Hoy, cuando el tiempo ha pasado y el problema de los estudiantes desaparecidos de  Ayotzinapa se mantiene vivo, los guerrerenses de nueva cuenta viven horas de tristeza y dolor; hace unos días, fue en San Miguel Totolapan, un pequeño municipio  con menos de 5,000 habitantes (Wikipedia), localizable en la región que injustamente ha sido denominada Tierra Caliente, donde hechos recientes dan cuenta de 20 personas que fueron victimadas, entre ellas Conrado Mendoza Almeda,  Presidente Municipal de dicho lugar y el padre de éste.

Y mientras Ricardo Mejía Berdeja, Subsecretario de Protección Ciudadana, del gobierno federal, por cierto, guerrerense y aspirante a la gubernatura de Coahuila, en "la mañanera" de la Presidencia  señaló que tales acontecimientos derivaron de la disputa entre miembros del crimen organizado, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, al condenar tales actos, parafraseando los estribillos ya conocidos, dijo que era "claro reflejo de la descomposición social" y "como gobierno condenamos y advertimos que no quedará impune" (otros prometen siempre "no habrá impunidad").

Quien sabe porque la mandataria guerrerense habló de que lo ocurrido "es  claro reflejo de la  descomposición social", será que  quiso decir, para no referirse expresamente, a que   el Estado de Guerrero,  de 1945 a 2005, tuvo como gobernadores a miembros del Partido Revolucionario Institucional (PRI); después, de 2005 a 2015,  dos gobernadores postulados por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), posteriormente (2015 a 2021)  gobernado nuevamente por un miembro del tricolor;  y en la actualidad,  por la propia  Salgado Pineda, quien fue postulada por el Movimiento de Regeneración nacional (Morena).

Esto es, que en un lapso bastante considerable (76 años), antes de su llegada a la gubernatura, esa descomposición social creció o se dejó crecer, constituyendo una herencia fatal para su gobierno.

Pero algo que llama la atención, es el silencio, así como las escasas referencias o comentarios por parte de personajes de la clase política ligados a esa entidad federativa en relación con los hechos de San Miguel Totolapan, como es el caso de Ángel Aguirre Rivero, Carlos Zeferino Torreblanca, Félix Salgado Macedonio y Claudia Ruiz Massieu.

Parecería que Guerrero sólo es motivo de interés cuando se trata de tiempo de elecciones, o para que algunos miembros de la clase política o dizque defensores del pueblo obtengan algún provecho, más no cuando, como en el caso, la tristeza y dolor se han hecho presentes.  

Otra cuestión es la actuación de las autoridades, de los tres niveles de gobierno, federal, estatal y municipal, porque estos hechos  no solo debían verse como reflejo de la descomposición social, sino también de la inacción de aquellas, el lastre de la corrupción en algunos casos pero sobre todo la prevalencia de la impunidad, la demagogia y la tibieza ante esa problemática  de inseguridad que sin duda sigue minando la paz y tranquilidad del pueblo de Guerrero y en muchas otras regiones del país.

En conclusión, ojalá que lo ocurrido sirva para que el actual gobierno estatal, bajo una eficaz coordinación con el gobierno federal demuestren que sí es posible devolverles a los guerrerenses ese ambiente pacífico que es una de las mayores aspiraciones de cualquier población. (altar_mayor@yahoo.com.mx).