PARADEROS

Guerrero demanda solidaridad, no politiquería; tiempo de ayudar

El huracán Otis no solo causó destrucción y muerte a su paso por el estado de Guerrero, en especial en el puerto de Acapulco, sino también sacó a relucir la miseria humana de quienes aprovecharon la desgracia para tratar de sacar raja política.

Hay quienes no han tenido ningún empacho en festinar esta tragedia para destilar todo su encono contra el gobierno federal con la clara intención de predisponer al presidente Andrés Manuel López Obrador ante la población civil afectada. Esa intentona resultó fallida, el pueblo le expresó su agradecimiento por la ayuda oficial.

Adversarios políticos, como el expresidente Felipe Calderón y el excandidato presidencial, Roberto Madrazo, lanzaron toda clase de condenas, repartieron culpas a diestra y siniestra y volvieron a mentir con la supuesta falta de fondos para atender los desastres naturales.

Hay fondos disponibles para atender este tipo de eventualidades, listos para ser usados, según la Secretaría de Hacienda. Informó que se cuenta con un seguro para catástrofes por cinco mil millones de pesos y un bono catastrófico por 450 millones de dólares para pérdidas ocasionadas por sismos y huracanes.

De inmediato se activó el Plan DN-III y se desplazaron mil servidores de la nación para levantar un censo entre la población afectada para, como en otros desastres, otorgar apoyos directos. Recordemos que ocurrió en Tabasco.

Parte de las críticas de mala fe se han centrado en que, dicen, no se actuó a tiempo para salvaguardar a la gente, cuando los especialistas y expertos han sido los más sorprendidos por el comportamiento atípico de Otis, que intensificó su fuerza y modificó su trayectoria en cuestión de horas, como consecuencia del cambio climático. Hay, pues, que ser mesurados y solidarios.

SERENOS

Se acabaron las campañas rumbo a las encuestas de Morena. Todo lo que han hecho los aspirantes en los días recientes ha sido cumplir con sus agendas. Las mediciones ya se hicieron. La gente habló, ahora toca a los dirigentes morenistas decidir y convencer.