Estados Unidos Persisten los tiroteos y asesinatos masivos

Y para lograr lo que ellos llaman su Destino Manifiesto

El enésimo tiroteo y asesinato masivo acaba de acontecer en los Estados Unidos el martes pasado, 24 de mayo. Esta vez en una escuela secundaria de Texas donde murieron 19 niños y dos adultos: el desquiciado tirador era un chamaco de 18 años que, según decía, quería “matar a su abuela”.

Apenas el 14 de mayo pasado, en Buffalo, Nueva York un hombre armado mató a 10 personas afroamericanas en un supermercado local. El FBI nos informa de otro asesinato masivo, calificado como el más mortífero conocido hasta hoy, que se cometió en abril del año pasado. Esta desgracia sucedió en Indiana, Indianápolis y lo cometió un empleado resentido en el estacionamiento de una instalación de distribución de FeDex. Este criminal desquiciado declaró que lo hizo porque quería cometer “un asesinato suicida”.

El mismo informe del FBI, nos dice que hubo 61 incidentes de asesinatos masivos en los Estados Unidos en 2021. Murieron en ellos 103 personas y resultaron 140 heridos. El mismo informe del FBI nos dice que de 2020 a 2021 aumentaron los asesinatos masivos en un 50 por ciento: el tirador más joven tenía 12 años y el de más edad, 67.

Al enterarnos de esta patología social de los Estados Unidos, nos hacemos las siguientes preguntas: ¿Pueden acontecer estas tragedias recurrentes y sistemáticas en una sociedad sana de la mente y del espíritu?, ¿Es en verdad el pueblo de los Estados Unidos una sociedad enferma?

En reflexiones anteriores hablamos de los Estados Unidos como una sociedad enferma que ha perdido el alma, que ha depositado su fe en el crecimiento material y en los dólares, pero se olvidó de su crecimiento espiritual. Desde sus orígenes su esencia de Nación ha girado en poseer, en conquistar y dominar al mundo, pero se han olvidado de su Alma.

Y para lograr lo que ellos llaman su Destino Manifiesto, han sido las armas su principal amiga; de toda esa larga historia belicista de conquistas y dominio ha surgido en ellos un profundo amor por las armas y la guerra.

A raíz del reciente asesinato masivo cometido el martes pasado en un colegio en Texas, hombres y mujeres famosas del deporte y del mundo del espectáculo, indignados, han levantado sus voces pidiendo que se establezca un control de la venta de armas en los Estados Unidos. Steve Kerr, basquetbolista famoso, protestó indignado que ya está cansado de dar condolencias y más condolencias, y de guardar minutos de silencio por los asesinatos masivos que se comenten periódicamente en su país. Dijo que es el colmo que los cincuenta senadores estadounidenses ven con indiferencia esas muertes masivas y no hacen nada para aprobar la ley sobre el control de armas que desde hace dos años está encajonada en el senado.

Intrigado me pregunto: ¿Es más superior el amor que esa nación le tiene a las armas y al dinero que se gana con la venta de ellas, que el amor que le tiene a sus hijos?

Y nos volvemos a preguntar: ¿es propio de una sociedad sana de la mente y del alma que se cometan esos asesinatos masivos ante la indiferencia de sus 50 senadores?, ¿son los Estados Unidos en verdad una sociedad enferma? Comenté hace unos días que: 27 millones de estadounidenses son drogadictos, 66 millones son alcohólicos, 150 mil mueren anualmente por suicidio, drogas o alcohol. Son datos proporcionados por el Trust of American’s Health y el Well Being Trust.

También dije que el consumo de antidepresivos se disparó un 400 por ciento desde 1980 y que más del 11 por ciento de estadounidenses mayores de doce años consumen antidepresivos. Estos datos son del psiquiatra, experto en salud mental de la CNN Health y profesor en psiquiatría de la Universidad de Arizona, doctor Charles Ralson.

Creo que una sociedad como la de los Estados Unidos que tiene como meta el dinero y su sentido de la vida es tener más y más cosas materiales, termina vacía, aburrida, deprimida y enferma del alma. Parafraseando la cita bíblica de Marcos, concluyo: ¿De qué les ha servido a los gringos poseer el mundo entero, si han perdido su Alma? (Investigador y catedrático universitario)