Eso que brilla en las frutas y lo que sabemos

Hemos consensuado que conocer es el conjunto de informaciones

Hemos consensuado que conocer es el conjunto de informaciones, sistemáticas, contrastables y convergentes respecto de algo, mientras que saber es el conjunto de habilidades aprendidas y aprehendidas sobre o de alguna actividad. Mientras que conocer implica investigación y comprobación o contrastación; saber es la experiencia, percepción, contacto cotidiano y consuetudinario con algo en la sociedad o el mundo.

En los mercados, supers o reuniones he escuchado comentarios sobre las frutas; en pandemia se viralizó que las exportadas son artificiales o que se sienten raras al tacto. Hubo y hay un rumor, una fake new. Usualmente mamás y personas que compran frutas en supermercados o el mercado popular Pino Suárez, insisten en que hoy las frutas o vegetales son poco naturales, cuando las tocan, las sienten cerosas o plásticas. ¿Pero qué es esta cera a la cual le atribuyen, lo falso de las frutas o vegetales en cuestión?

Su origen moderno se limita a zonas del norte de México y, principalmente en comunidades de Coahuila, muchas familias de escasos recursos, en situación de marginación, dependen económicamente de la cosecha y procesamiento de la cera de la Candelilla.

En la época colonial una familia de plantas muy exquisitas, endémicas del continente Americano y específicamente con una distribución en el norte de México, llamó la atención de los hispanos que arraigaron en las zonas de Zacatecas y Coahuila. Este arbusto tuvo usos originarios en ritos sacros, funciones ornamentales, aplicaciones analgésicas contra dolores de muelas y, como laxante o desparasitante. En la época de la colonia los habitantes hispánicos la usaron en la fabricación de velas y le asignaron el nombre de Candelilla (vela pequeña).

Para mediados del Siglo XIX y XX, la Candelilla se comercializó exponencialmente y, México llegó a exportar hasta 25 000 toneladas al año; esto implicó un crecimiento de los trabajadores candelilleros (incluso el compuesto de la candelilla fue usado para fabricar un tipo de explosivos). Con el boom petrolero se dejó de usar la candelilla en lo textil y en la fabricación de velas. Cambiándose a lo farmacéutico, cosmético y el recubrimiento en productos agrícolas; el combate a las plagas y la exportación masiva de frutos/vegetales que tendían a lo perecedero, se beneficiaron por ese recubrimiento y protección cerosa de la Candelilla. Su uso se extendió a recubrimientos de chicles, cubiertas de caramelos, pilulas, tabletas, medicamentos de liberación prolongada y chunches como los famosos m&m's

La Euphorbia Cerifera o Candelilla ha sido catalogada como una de las plantas cuyos derivados tiene la mayor relevancia de aplicaciones, dando a la importancia sobre tradiciones o saberes herbolarios ancestrales y, su aplicación científica en la salud, alimentación e industria humana (como dato curioso su "prima", la Euphorbia Antisyphilitica Zucc, se usaba antiguamente en regiones indígenas y originarias del centro y norte de México para tratar la sífilis y enfermedades virales).

La cera de la Candelilla es conocida en Coahuila y partes del norte de México, pero sus otros usos cosméticos farmacéuticos se desconocen. Opuestamente, su uso en el recubrimiento de frutas o vegetales es poco conocido en centro y sur de México, lo que ha originado suelo fértil para errores de percepción. La economía de la Euphorbia Cerifera se desarrolla a través de la actividad del ser Candelillero, este oficio tradicional rural, también escapa de ser conocido en la cultura del bajío, centro y sureste de México donde la palabra y oficio de Candelillero queda ausente de sentido.

La mayor de las veces asumimos la realidad desde las creencias; este sentido usualmente tiende a la dispersión, lo simbólico y lo acrítico. La cultura como sistema simbólico reconfigura ideas, saberes, dichos y experiencias en sistemas de información. Usualmente estar en el mundo nos confronta entre él y nosotros, en modos imprecisos e incompletos, de ahí que en la sociedad y la cotidianidad hay consensos sobre los Qués y Porqués del mundo y lo social a lo que nos vinculamos.

El sistema cultural opera de formas contingentes para cohesionar qué saberes o consensos se validan. El desconocer los usos y la palabra Candelilla confirma que los saberes son diversos y la información muchas veces viaja en forma de evocaciones que se combinan a través de los sentidos y entendimientos subjetivos. Desde el sentido común, algo parece ser una cosa cerosa y brillante mientras que para el conocimiento científico es un avance tecnológico proveniente de una planta que casi desaparece en la época colonial. (*Colaboración para PRESENTE. Artista visual, ha sido director creativo y asistente de investigación en temas de sociología cultural y filosofía)