ESCALA CRÍTICA

Catarino Erasmo, un guerrillero mexicano internacionalista; AMLO, el historiador

*Migrante tamaulipeco, comerciante, editor y revolucionario

*El error de Juárez y Lerdo: demasiado apego al poder

*Municipios de Centro y Cárdenas, prioridad de la Guardia Nacional

LA HISTORIA se integra no sólo de grandes acontecimientos y la fuerza de las masas, sino también por la constancia y decidida acción de pequeños grupos o individuos que muestran arrojo y heroísmo. Algunos permanecen en la sombra, otros son convenientemente ignorados por los vencedores. La semana que concluye se cumplieron cien años del asesinato de Emiliano Zapata; pero también, de manera circunstancial, un personaje fue nombrado frente a los reflectores nacionales: Catarino Erasmo Garza Rodríguez.

Permítame en esta columna sabatina ocuparme un poco de la historia nacional, porque es posible que le pase lo que a este columnista: ignoraba la existencia de Catarino hasta que un oportuno texto llegó a mis manos, publicado apenas en marzo de 2016.

Escribió el colaborad de Benito Juárez y también oaxaqueño Matías Romero: “Este nuevo conspirador es un hombre de muy limitada educación. Nacido en un pueblo de la frontera de México, ha pasado la mayor parte de su vida en la frontera de Texas donde aprendió el oficio de impresor (…), agente vendedor de máquinas de coser, comerciante, editor y finalmente revolucionario”.

Una manera muy sencilla de referirse a un hombre sencillo que fue un importante precursor de la rebelión de 1910.

REVOLUCIONARIO O BANDIDO

EL NOMBRE  de Catarino fue traído nuevamente a la memoria por Andrés Manuel López Obrador en su conferencia matutina del pasado jueves, a propósito de la aportación de los periodistas independientes a la transformación democrática y por la justicia en México. Mencionó a los hermanos Flores Magón, y a Paulino Martínez, lo mismo que a Ignacio Martínez Elizondo, patriotas que estudió cuando escribía su libro sobre el precursor revolucionario: “Catarino Erasmo Garza Rodríguez. ¿Revolucionario o bandido?” (Ed. Planeta, México)

Como usted seguramente ha leído, el actual Presidente se ha dedicado también a la investigación y a la crónica histórica. Tiene 16 libros publicados, uno de ellos donde profundiza, documenta y opina, sobre el tamaulipeco nacido en 1859 en un rancho de Matamoros, quien vivió cruzando la frontera con Estados Unidos desde la edad de 18 años y a los 19 años se sumó a la protesta contra la discriminación a los inmigrantes en el país del norte. Aunque vivió su primera juventud con “mayor inclinación por el comercio y la ´empleomanía´”.

Escribió AMLO: “Con objetividad puede decirse que (Catarino), a pesar de sus instintos y sus actos en favor de la justicia, era un hombre común, que se buscaba la vida como podía; un ´luchón´ que, poco a poco, fue tomando conciencia hasta convertirse en un auténtico revolucionario”.

Fue hasta después de cumplidos los 30 años de edad, en 1889, cuando tomó el camino de la insurrección; se rebeló contra Porfirio Díaz, participó en varios choques armados y, finalmente, salió autoexiliado en 1892 hacia el Caribe. Muere el 8 de marzo de 1895 en Boca del Toro, Panamá, combatiendo al lado de un grupo de insurgentes internacionalistas sumados a los revolucionarios colombianos.  Esa es la historia en breve, la obra de López Obrador consta de 143 páginas.

Me parece, por otra parte, que en el texto de AMLO sobre Catarino Erasmo se revela el historiador y el político. Ahí también se encuentran varias claves de la biografía y el pensamiento del tabasqueño. Dice por ejemplo: “El gran error de los gobernantes liberales de la República restaurada fue no poner atención en la tarea de construir un sistema político realmente democrático. Juárez (Benito) y Lerdo (Sebastián) eran inteligentes, honestos, patriotas y gigantes como servidores públicos, pero tenían demasiado apego al poder. Ni uno ni otro tuvieron la firme determinación de no reelegirse ni de convertir en ley este principio, lo que habría evitado muchas calamidades. No se hubiese dado motivo o pretexto a quienes, como Porfirio (Díaz), justificaba su simple y llana ambición por el poder con la bandera de la no reelección".

Y hay mucho más. Por cierto, habrá oportunidad de referirnos a la relación de López Obrador con el periodismo y la comunicación en general.

AL MARGEN

COMENTAMOS aquí que Tabasco estaría necesariamente entre las prioridades del combate a la inseguridad para el presidente López Obrador, no sólo por ser esta su tierra natal, sino porque en la región se desarrollarán proyectos estratégicos para su plan de gobierno. Entro otros el más importante: aprovechar el potencial petrolero.

Ayer el secretario federal de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, confirmó que los municipios tabasqueños de Centro y Cárdenas se integran como regiones prioritarias para el despliegue de la Guardia Nacional.

Señaló que “en el caso de todas las regiones especiales que tenemos ya listadas como prioritarias se irán atendiendo en función de la capacitación imprescindible de los nuevos reclutas. (…) estimamos que para fin de año pudiéramos estar atendiendo 45 regiones prioritarias”. Entre ellas las dos de Tabasco. Las fuerzas federales combinadas seguramente iniciarán sus operaciones que irán incrementando poco a poco.

Como se sabe, los adversarios del nuevo gobierno buscan demostrar que AMLO no puede garantizar seguridad ni en su propio estado; sin embargo, en los planes federales ya está considerada la entidad por su carácter estratégico.

Cabe destacar que el primer jefe de la Guardia Nacional es el General Luis Rodríguez Bucio, un michoacano especializado en tareas de inteligencia de seguridad. (vmsamano@hotmail.com)