Es la hora de buscar un gran pacto nacional
Terminadas las elecciones, y con el voto popular repartido según la voluntad soberana del pueblo, el presidente de la República
Terminadas las elecciones, y con el voto popular repartido según la voluntad soberana del pueblo, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha convocado a todos los partidos políticos para iniciar el diálogo en busca de un acuerdo para hacer cambios en la Constitución respecto a asuntos fundamentales para México. Una especie de gran pacto nacional para la reconstrucción del país tras el coronavirus. En esa llamada a “arrimar el hombro”, el presidente ha invitado en primera instancia a los priistas que tienen los diputados y senadores necesarios para obtener la mayoría calificada suficiente. ¿Qué opina el resto de actores políticos, sociales y económicos al respecto? ¿Vamos hacia el consenso real o es puro marketing político? En varias ocasiones he propuesto modestamente revisar que es lo que se hizo en España cuando se afrontó una situación similar, cuando murió el dictador Franco y en ese contexto histórico se apostó por la democracia pura a través de los denominados “Pactos de la Moncloa” Para entender la importancia de los Pactos de la Moncloa es esencial conocer el contexto histórico. ¿De dónde salían los españoles? Tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975 todo empezó a cambiar en España. La cámara franquista nombra como Jefe del Estado a Juan Carlos I de Borbón, que apuesta por un joven Adolfo Suárez para ocupar el cargo de presidente de Gobierno y este consigue sacar adelante en el Congreso la Ley para la Reforma Política y por fin 1977 trae las primeras elecciones democráticas y después la firma de los Pactos de la Moncloa. Y con ello la legitimidad necesaria para afrontar la crisis económica que se arrastraba desde cuatro años atrás. La situación era grave. En España el coste de la vida (la inflación) se había elevado en un 19% en 1976 y amenazaba con llegar a un 30% en 1977. El número de desempleados alcanzaba el 5%, una cifra alarmante entonces (recordemos que en esos años, tras el régimen de Franco, los datos económicos estaban ocultos bajo muchos parámetros del Estado). El déficit exterior había pasado de 3.500 millones de dólares en 1975, a 4.200 en 1976 y llegaría a 5.000 ese año. La economía no podía seguir así, pero no había soluciones fáciles ni cabía la demagogia ante asuntos complejos. Todos debían unirse para sacar a España de aquella coyuntura. Por eso los Pactos de la Moncloa fueron los acuerdos firmados en el Palacio de la Moncloa durante la transición española el 25 y el 27 de octubre de 1977 entre el Gobierno de España de la legislatura constituyente y con el apoyo de las asociaciones empresariales y los sindicatos con el objetivo de procurar la estabilización del proceso de transición al sistema democrático. Dichos acuerdos fueron ratificados posteriormente en el Congreso y más tarde en el Senado. Los Pactos de la Moncloa fueron formalmente dos; el Acuerdo sobre el programa de saneamiento y reforma de la economía y por otro el Acuerdo sobre el programa de actuación jurídica y política. A mi juicio en estos momentos en México, y ¿porque no? en Tabasco también, se dan circunstancias económicas y políticas muy parecidas que aconsejan el buscar un pacto entre las fuerzas de partido, más allá de la polarización que existe entre determinadas posiciones ideológicas que se están cargando de agravios de unos contra otros. Todos tenemos la obligación de relegar nuestros propios intereses al bien superior de la nación y como nunca este es ese momento.