Enfermedad crónica urbana: el daño que nos causan los ruidos

Entre los factores de riesgo que provocan sordera o pérdida auditiva gradual

Es un hecho frecuente que los habitantes de Villahermosa tengamos que sufrir la agresión del ruido, la irrupción del escándalo sonoro a nuestros domicilios. No parece importar si hay personas que requieren cuidados especiales. Los ruidos excesivos, que violan las leyes municipales, estatales y federales, no sólo dañan la convivencia, provocan irritación, son una forma de violencia, sino que también provocan daños a la salud.

El jefe de la División  de Audiología y Otoneurología de la Secretaria de Salud, el 29 de noviembre del 2021 informó que en México existen 2.3 millones de  personar con problemas de sordera y audición, de los cuales, el  50 por ciento  son mayores de 60 años, el 34 por ciento  entre 30 y 59 años y 2 por ciento niños y niñas.  

Entre los factores de riesgo que provocan sordera o pérdida auditiva gradual, mencionó el especialista, el estar expuesto con frecuencia a  fuertes ruidos, o desarrollar lo que nombró como  presbiacusia.

Es decir, un tipo de pérdida de la capacidad auditiva de manera gradual a causa de la muerte de las células ciliadas de la coclea, en el oído interno, que son las células encargadas de traducir las vibraciones de sonidos en señales cerebrales.

La coclea explicó, contiene solamente 15 mil  células ciliadas que no se regeneran y que cuando  mueren,  las personas que les sucede,  se les torna difícil reconocer ciertos sonidos o escuchar con claridad, afirma la directora ejecutiva de  Hearing Health Foundation de Nueva York.

La dificultad para oír en lugares ruidosos, a menudo representa uno de los primeros signos perceptibles de la pérdida de audición, afirma la investigadora de esa institución. Se debe a que el filtrado del ruido de fondo es un proceso complejo que requiere información auditiva precisa desde ambos oídos,

Si bien no es posible reparar las células dañadas, aconsejó,  se puede prevenir una pérdida mayor,  si se  limita la  exposición a  ruidos fuertes. La mayoría de las conversaciones transcurren entre los 40 y los 60 decibeles; así que, cualquier sonido que supere los 85 decibeles coloca a las personas en situación de riesgo.

Destacó que entre los culpables más comunes de la pérdida gradual de la  audición  se cuentan los dispositivos electrónicos: iPods, reproductores de música y altoparlantes que pueden resonar hasta los 105 decibeles.

La otorrinolaringóloga del Lenox Gil Hospital de Nueva York, Mónica Okun, advierte que, “si otros pueden escuchar su iPod cuando usted está usando los auriculares, la música está demasiado alta”.

SER O PADECER

Así que pobres de los que, como los vecinos de Gaviotas Norte y otras colonias, seguramente seguiremos aguantando una situación que parece un perpetuo castigo: escuchar el estruendoso sonido de la música de los vecinos seguramente arriba de 85 o 105 decibeles, por cuando esas fiestas se prolongan hasta horas del día siguiente. No importa si estamos en os tiempos en que hay profesores que deben dar clases por internet o los alumnos tomarlas.

Muchas veces la rabia se acumula, porque  no hay escapatoria, ni poder humano, municipal, gubernamental político o derechos humanos o sobrehumano que detenga esa situación, que pensándolo bien es un problema de muchos más citadinos.

Y no es cosa de ausencia de leyes porque el Bando de Policía y Buen Gobierno del ayuntamiento del Centro establece reglas respecto al control del ruido de todo tipo:

Entre ellos menciona: los producidos por el volumen excesivo de aparatos radio-receptores, tocadiscos y por toda clase y por toda clase de  instrumentos electromecánicos de música, tanto cuando son tocados o reparados, así como los producidos con fines de propaganda o  de la voz humana natural, grabada o amplificada; de instrumentos, aparatos y otros objetos que produzcan ruidos o sonidos excesivos y molestos en el interior de los edificios o en la vía pública…

Supuestamente son los delegados municipales y los policías preventivos, los responsables de hacer efectivo el Bando de Policía y Buen Gobierno, así como atender las denuncias no solo con llamados de atención sino con sanciones correctivas, pero parecieran no existir.

En el caso del municipio de Centro, acaban de asumir su cargo los nuevos delegados municipales designados por la presidenta municipal Yolanda Osuna. Estoy segura que muy pocos ciudadanos saben el nombre o conocen a su delegado municipal. Muy pronto veremos su actuar. Aunque su desempeño depende también de la participación de la ciudadanía en la solución de los problemas que nos aquejan.