En el caos, todos perdemos; defender la democracia
Hay personajes como Vicente Fox que o dudan en alinearse a cualquier intentona para desplazar o derrocar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador
Como diría el clásico: “no tienen remedio”. No tienen remedio quienes habiendo perdido el poder en las urnas buscan recuperarlo por la vía de las conspiraciones, el sabotaje y la desestabilización. Ignoran, o pretenden ignorar, que un país en caos es una derrota para todos. Para los que tienen y para los que no tienen. Son indiferentes al grave riesgo que vive el país por el creciente poder de los poderes fácticos del crimen organizado. Hay personajes como Vicente Fox que o dudan en alinearse a cualquier intentona para desplazar o derrocar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Esto de Fox Quesada viene de muy lejos porque el guanajuatense y empleado de una transnacional refresquera buscó impedir que el tabasqueño fuera candidato en el 2006, cuando apoyado por el general en retiro y entonces procurador Rafael Macedo de la Concha, así como de la bancada del Partido Acción Nacional, buscó inhabilitar a López Obrador mediante el desafuero.
Habrá que recordar aquellas terribles palabras de Jorge Castañeda, quien fuera canciller de Vicente Fox (que no de México), cuando instaba públicamente a “ganarle (a López Obrador) a la buena, a la mala y de todas las maneras posibles”...Tiempo después aclaró que su único error fue no agregar que su intención era frenar a AMLO como fuera pero “dentro de la legalidad”. Hay un núcleo duro que piensa y se expresa como Castañeda Gutman. Y ha conspirado para evitar que “la izquierda” “el populismo”, “los resentidos”, etcétera, lleguen al gobierno. Pero llegaron y ahora ¿qué hacer?
CALMA Y NOS AMANECEMOS
Hay quienes se están agarrando de un clavo ardiente (¿y ardido?). En un reciente desayuno de generales en activo y en retiro, el ex subsecretario de la Defensa con Felipe Calderón y aspirante a la titularidad del Ejército Mexicano, Carlos Demetrio Gaytán Ochoa, le dio parque a quienes apuestan que le vaya mal a México. En palabras nunca dichas por un militar del alto rango en la época contemporánea, cuestionó la autoridad y las decisiones del Presidente de la República en funciones, constitucionalmente el Jefe de las Fuerzas Armadas. Aunque –aclaró- fue un discurso “cuidando sus palabras”.
En ese ya conocido y discutido discurso, el también general Gaytán Ochoa atribuyó a la jerarquía castrense “la muy alta responsabilidad de mantener cohesionado al país, coadyuvar a su pacificación a la brevedad posible y de hacerlo todo con el menor costo social y la mayor eficacia”. Línea por línea y en el contexto, frente a Luis Crescencio Sandoval, general secretario de la Defensa, lo expuesto fue por lo menos una imprudencia.
Así lo calificó el propio presidente López Obrador. En un mensaje por las redes de internet el mandatario apuntó: “la transformación que encabezo cuenta con el respaldo de una mayoría libre y consciente, justa y amante de la legalidad y de la paz, que no permitiría otro golpe de Estado”.
Como resultó lógico, la referencia del Jefe del Ejecutivo causó inquietud en algunos sectores, mientras que en los más conservadores sirve para atizar sus funestos augurios. Que no se cumplirán.
Ayer el presidente López Obrador explicó que fue necesaria una posición suya clara y directa. Comentó ante periodistas: “Surge esto –su mensaje por twitter- también porque la declaración del general es imprudente, tiene todo su derecho, a expresarse, a manifestarse, pero si leen ustedes el texto, hay una actitud poco mesurada. Recuerdo algo que dice, hay una ideología dominante, que no mayoritaria. Un lenguaje bastante, bastante, bastante conservador, y estamos enfrentando eso también con la transformación”.
El ex representante de México ante la ONU, Víctor Flores Olea, escribió en el diario La Jornada que al parecer “entramos en un terreno sumamente grave”. Y se refiere al discurso de Gaytán Ochoa, el divisionario. Para el también profesor universitario y respetado intelectual, lo expuesto por Gaytán Ochoa “escapa al principio de neutralidad política y a la disciplina jerárquica aconsejable a un profesional de la violencia −en tanto integrante de uno de los órganos coercitivos por excelencia del Estado: el Ejército y la Fuerza Aérea” (Amenaza golpista, 04 nov 2019).
Anotó Flores Olea, uno de los integrantes de lo que podríamos llamar sector nacionalista del gobierno mexicano del que formó parte de 1975 a 1994 por lo menos, que lo expuesto por el militar fue hecho en “palabras extraordinarias e inesperadas de un alto jefe del ejército mexicano” quien convoca a corregir las fallas del actual gobierno, y que ameritarían “en cualquier lugar del mundo” una medida disciplinaria en el propio mando castrense.
El presidente López Obrador ha dicho que respeta la libertad de expresión pero que no deja de advertir a una actitud imprudente y “poco mesurada”.
Por supuesto que no sólo los 30 millones que votaron por AMLO en el 2018, sino los casi 60 millones que acudieron a las urnas para refrendar su confianza en la democracia quieren un país en paz; con instituciones que cumplan cada cual en su ámbito.
SUMAS Y RESTAS
Hay un pequeño grupo, un sector duro, que sigue la mala conseja de que “para que las cosas mejoren se tienen que poner peor”. Y eso no ayuda a nadie, ni a los promotores del caos. En la ruptura, todos perdemos.