El gobierno que se equivoca pasa la carga a la población

La economía no puede avanzar bien

Conclusiones.- En la serie que hemos elaborado sobre el Endeudamiento Público en México, tres conclusiones principales surgen en cada paso de nuestro análisis. Primero, el gran daño que hace el Endeudamiento Público Improductivo a nuestra Nación entera, desde gobiernos, gobernantes, funcionarios, empresas, familias y personas. La economía no puede avanzar bien y con paso seguro; la sociedad se corrompe transfiriendo obligaciones nuestras a los desafortunados quienes nos siguen; la política se trivializa; y la cultura incumple su papel de apoyar al pueblo. 

Segundo, la ausencia de un criterio de productividad en toda el área amplia que cubre nuestro tema hace que el Endeudamiento Público no sea un tema de interés ni del gobernante ni del pueblo. 

Finalmente, la falta, muchas veces la ausencia total, de utilizar las sinergias indispensables y disponibles para aliviar el peso del endeudamiento, no se hace en nuestro país vertical y cortado en parcelas separadas sin la colaboración lateral natural en esta circunstancia. 

El criterio de productividad financiera no es nuevo o raro en las finanzas privadas o públicas. Por ejemplo, una persona o una empresa va a tener mucha seguridad que sus cálculos estimados de un proyecto sean, cuando menos, algo así: Superávit Primario (antes de pagar intereses sobre su deuda): $100; Intereses sobre la Deuda del proyecto: $40; por ende, Ganancia Neta (antes de impuestos sobre ella): $60; Impuestos sobre la Ganancia: $20; monto libre de todo cargo corriente: $40, del cual monto abonado a pagar el principal de la Deuda, un pago por el Capital obtenido: $30; dejando libre de todo: $10. Aun así, el particular podría dudar que estas cuentas, con la última cifra positiva, pudieran ser sostenidos durante la vida larga de su deuda (10 o 15 años como el promedio), y exigir un margen de ganancia libre de todo que sea mayor, y por ende no entraría en ese proyecto para no perjudicar a sus finanzas.

Un gobierno opera de la misma manera, salvo una gran diferencia: el particular que se equivoca en sus cuentas, paga sus pérdidas, tal vez se cierre, y pierden sus dueños particulares. El ejemplo no se pierde en la comarca y otros tendrán mayor cuidado. Así, cada deudor fracasado sirve para limpiar el espacio de malas decisiones. Hay autocorrección, pues. Pero, el gobierno que se equivoca pasa la carga de su equivocación, mediante malos servicios y poca inversión, a la población que también pierde, mucho más que los particulares, ya que retrocede la calidad de su vida. La equivocación se paga en ambos casos, público y privado, pero en tiempos y maneras diferentes. Una población educada entendería las consecuencias de un endeudamiento frívolo por parte de su gobierno y trataría de eliminar dichas conductas negativas para su vida. Igual el gobernante.

En México, como hemos visto, existen criterios cualitativos para el nivel federal, pero estos criterios no tocan la problemática de la productividad del endeudamiento. A nivel local, existen criterios cuantitativos relacionados con los Ingresos o las Participaciones del gobierno local, pero tampoco existe el más mínimo deseo de ir poniendo el endeudamiento en orden, y es así porque realmente va a requerir muchas virtudes durante muchos años: valentía, sabiduría y esfuerzo. En este asunto, como muchos otros, sigo a Gandhi y a Musashi. Déjenme explicar en la siguiente entrega. (EL AUTOR ES DOCTORADO EN ECONOMÍA POR LA  UNIVERSIDAD DE PENNSYLVANIA, 1971. COLABORADOR DE DIARIO PRESENTE)