ÍNTEGRAmente: EL CALOR Y EL ESTADO DE ÁNIMO

Es habitual que las altas temperaturas intervengan de manera negativa los comportamientos prosociales del calor

Es habitual que las altas temperaturas intervengan de manera negativa los comportamientos prosociales (como la bondad y la generosidad).  Los investigadores demostraron que los ambientes calurosos y bochornosos aumentaban la fatiga y reducen el estado de ánimo positivo. Habitualmente, esto conduce directamente a un comportamiento más arisco y menos agradable. Por lo tanto, los estudios apoyan la teoría de que el calor, especialmente las temperaturas muy elevadas, interviene en el aumento del estrés y la ansiedad.

Saber que una ola de calor puede inducir un mal humor puede servir de ayuda a la hora de anticiparlo de manera eficiente. Si tienes un patrón anual recurrente de cambios emocionales de verano, es posible que en realidad estés experimentando un trastorno afectivo estacional de verano. Esta es una contraparte menos común y mucho menos entendida del trastorno afectivo estacional (SAD), el patrón recurrente de depresión que aparece en otoño e invierno.

Existe una ligera diferencia entre el SAD de los meses de verano y de la época más fría del año. Respecto al calor del verano, este crea una “depresión agitada”, que se manifiesta a través del insomnio, irritabilidad y disminución del apetito. En cambio, la falta de luz solar del invierno hace que algunas personas coman en exceso y se queden dormidas o agotadas. A las personas con trastorno afectivo estacional lo que más les molesta es el calor y la humedad.

El mal humor puede estar relacionado con el calor derivado del SAD, pero hay ocasiones en las que son otros factores los que hacen estragos en tu equilibrio emocional. Un equipo de investigación encontró, que los factores relacionados con el clima (temperatura, luz solar, viento y precipitación) no tenían un impacto notable en el estado de ánimo positivo pero, por el contrario, podrían provocar un efecto importante en el estado de ánimo negativo.

A rasgos generales, son muchos los estudios que coinciden en que las temperaturas más cálidas aumentan los resultados adversos para la salud mental. Incluso se ha llegado a relacionar el clima más cálido con el aumento de delitos violentos o tasas de suicidio, tal y como señalan algunos estudios. Por lo tanto, hacer frente al calor puede ser la mejor forma de cuidado personal y preservación de la salud mental, especialmente en los meses de verano y ante la llegada de una ola de calor

En caso de que la situación se vuelva incontrolable o el trastorno afectivo estacional se prolongue en el tiempo, lo más recomendable es acudir a un profesional de la salud para que te pueda asesorar de manera individualizada. En ocasiones, los suplementos alimenticios elaborados con base en ingredientes naturales con propiedades relajantes y estimulantes pueden servir de apoyo si se combinan con una dieta equilibrada y ejercicio físico regular. Del mismo modo debes cuidar el sueño, duchas frías, accesorios para el sol, comer alimentos refrescantes e hidratación. 

(Psiquiatra/Paidopsiquiatra)