El Ágora en ruinas
EL ÁGORA HA SIDO PUNTO de reunión, alimento de esperanzas. Se escuchaban las notas hiladas, armónicas.
SÓCRATES LLEGÓ AL ÁGORA y miró el abandono, la devastación, muestra de la tragedia cultural. Se jaló de los cabellos. En sus labios se le dibujaron las palabras que mascullaron sobre nivel de incompetencia, rayana en lo criminal. Se jaló de los cabellos y quedó un poco más calvo. "¿Qué os pasa en el Ágora?" "Pasa que no pasa nada" "¿Y cuál es la razón de ese nada?" "Que ya no hay bullicio. Que ya no hay clases. Ni esperanzas" "¿Y qué pasó entonces que parece el paso de un huracán o inundación que arrasa?" Pocos dicen algo. La multitud en su mayoría calla. "Pareciera que la cultura no importa", dijo. "No pareciera, sino que es un insulto el desparpajo". "Es soez el maltrato a la cultura".
ESTAMOS EN ATENAS, una ciudad pequeña, un pueblo grande, a como se le vea, una bella villa, donde florecieron las artes. Aún quedan vestigios en la ciudad ateniense del auge cultural: el Partenón, alguna biblioteca grande. Hay esculturas por doquier. Rebota el eco de los discursos de Demóstenes. "Un eco perdido en el ayer. ¿Se acuerdan?", dijo un estudiante. "Yo reclamo mis derechos", dijo otro. Y otro más "el derecho a la cultura". Los gatos pululan ahora en el abandono del recinto, otrora prez de la cultura. Ratas andan en su espacio como si nada. Donde había un piano ahora hay un agujero. Sócrates mira basura y cucarachas.
EL ÁGORA HA SIDO PUNTO de reunión, alimento de esperanzas. Se escuchaban las notas hiladas, armónicas. Se escuchaban los coros y la danza. Se les veía llegar a jóvenes, hombres y mujeres con sonrisa. Se hablaba siempre de años anteriores, de cuando otros gobiernos dieron auge y prioridad a las actividades de arte y cultura. ¿Es ignorancia? ¿Desfachatez? ¿O todo junto? Sí, me refiero al Ágora. Al Ágora de miles y recientes años pasados. Donde el tiempo se detuvo con sonrisa como mueca. Donde se articulan actividades artísticas. Cuyo nombre (ÁGORA) representa grandeza en la cultura y las artes. Punto de reunión donde se han tejido sueños de ser mejores en lo individual y en lo colectivo. Donde se imparten clases de lo que es más alto en el ser humano. Orgullo por presumir. Obra arquitectónica por cuidar. Tesoro de la cultura por acrecentar, no disminuir.
ESA ATENAS, VILLA BELLA, tuvo su auge en otros tiempos. Festivales de música. Obras de teatro. Presentación de orquestas y tríos o cuarteto de cámara. Entraban con inquietudes las personas. Salían transformadas en otros, otras. En sus aulas se escuchaban las clases nítidas, en la comunicación plena de quien quiere aprender y quien quiere enseñar. Fuente de trabajo. Pentagramas donde se lee el canto de los pájaros enamorados de la humanidad, palomas amorosas con su cucú maestro.
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HUBO OTRO TIEMPO que bien se recuerda. Pero vino la barbarie. Se instaló la barbarie en la administración. Y aquella pujanza se vino abajo. No de un día para otro. Se fue tejiendo en miopía creciente, en no ver más allá de "las narices". En creer que el arte no sirve para nada. Si acaso de entretenimiento. Y que cultura es un taco que se come y se excreta. Y entonces todo se ha venido abajo. "No genera plusvalía política", "es muy alto el costo". "Es un aviador" dijo un funcionario de la acrópolis sobre el poeta Homero. "Son malvivientes los artistas", en referencia a Diógenes de Sínope, que vivía en la calle. Son parte de expresiones en ausencia evidente de comprensión de lo que es el arte y su enseñanza. Rampante que nulifica todo diálogo. (Continuará)