Caja de Pandora

Una de las desigualdades persistentes entre hombres y mujeres en México

Una de las desigualdades persistentes entre hombres y mujeres en México, es  la diferencia en el acceso a los servicios de salud, según el índice Global de Género del 2022 en relación a ese tema.

Asegura que nuestro país ocupa el lugar número 54 a nivel mundial en esa brecha.

El hecho de que el Estado sea insuficiente para dar cobertura con servicios de salud en todo el país al total de la población, particularmente a la femenina necesitada de atención ginecológica eficiente, profesional y humana, es la base de la existencia de la partería independiente, profesional o tradicional.

A las parteras tradicionales, desde tiempos inmemoriales, siguen recurriendo recurren mujeres, en su mayoría indígenas, de bajos ingresos y sin acceso a los beneficios de la salud pública y que se encuentran  en proceso de embarazo o alumbramiento.

Para algunas estudiosas de ese tema y de los derechos humanos de las mujeres, recurrir la demanda de las embarazadas para ser atendidas por parteras tradicionales, es también un acto de resistencia ante la violencia obstétrica de la que muchas son objeto en los servicios públicos y privados de salud, en donde muchas veces no se les garantiza una atención experta y digna.

En el 2016, el 31.24 por ciento de las mujeres, de entre 15 y 19 años que tuvieron un embarazo afirmaron haber sufrido violencia obstétrica y, entre las agresiones más comunes de esa forma de violencia, mencionaron las esterilizaciones forzadas, las cesáreas innecesarias y las faltas de respeto a los tiempos del parto.

La partería, en cualquiera de sus modos de existir, representa una opción para ofrecer un trato integral, distinto y consciente a las mujeres embarazadas; un trato que no se base en los violentos procedimientos obstétricos y quirúrgicos de la medicina occidental moderna, sino que se actúe a partir de conocimientos claros y consideraciones sobre el cuerpo de las mujeres y sus procesos.

La partería tradicional en México es una práctica milenaria, desde la época prehispánica sostienen las investigadoras Brenda Ortiz Coss e Iñiga Pérez Cabrera, quienes aseguran que algunas de las enseñanzas tradicionales de ese periodo continúan aplicándose en la actualidad.

En información reciente de CIMACnoticias, algunas parteras tradicionales conviven hoy con otros tipos de partería como la profesional.

Según la Confederación Internacional de Matronas, son las parteras que se forman por varias vías como en programas de partería reconocidos por el Estado o egresan de una escuela de partería profesional o de la Universidad Autónoma de Guerrero, la única institución de educación superior que imparte esa carrera semi profesional. Un tema que es necesario no ignorar y sí profundizar.