De la "democracia amenazada" y otras mentiras
La receta de infundir el miedo a la población y de exacerbar su odio contra aquello o contra aquellos que supuestamente amenazan su existencia para conseguir así el apoyo mayoritario en las urnas, ha sido sistemática y criminalmente aplicada por las derechas en todo el mundo.
Desde aquellos tiempos, no tan lejanos como algunos piensan, cuando Adolfo Hitler llegó al poder gracias al voto de las y los alemanes, la receta de infundir el miedo a la población y de exacerbar su odio contra aquello o contra aquellos que supuestamente amenazan su existencia para conseguir así el apoyo mayoritario en las urnas, ha sido sistemática y criminalmente aplicada por las derechas en todo el mundo.
Movida por el miedo cerval a perder su espacio vital, su hogar, su patrimonio, su tierra, su trabajo; la gente, en muchos países, se ha lanzado al abismo. Cegada por la rabia ha llegado al extremo de votar por sus verdugos. Con "ruedas de molino" han comulgado así multitudes a las que la propaganda permitió conducir mansamente al cadalso. La democracia, manipulada y pervertida por los seguidores de Joseph Goebbels y parafraseando a Goya, ha engendrado monstruos en demasiadas ocasiones.
A esto mismo apuesta hoy la derecha conservadora en México. Heredera del nazismo y de la otra cara del mismo, el anticomunismo, con el que los norteamericanos infectaron y ensangrentaron a América Latina y al mundo, despliega hoy, combinados y potenciados por la tecnología, viejos y nuevos trucos sucios para envilecer la contienda electoral y minar la democracia recién conquistada. Escrúpulos no tiene. Plata no le falta. Aliados en el extranjero tampoco.
Como VOX en España, Bolsonaro en Brasil, Trump en los Estados Unidos, Milei en Argentina la derecha mexicana inventa amenazas, lanza calumnias e infamias, esparce especies como aquella de que "se le quitará a la gente su casa propia", promete "salvar" a la patria que ha sido "destruida" y recuperar la "libertad perdida". Como "mártires" presenta a los calumniadores que en los medios nunca habían gozado de tanta libertad. Como héroes de la democracia a quienes violentaron sistemáticamente los derechos de las grandes mayorías y hablan de una "democracia amenazada", vaya descaro, cuando dicen lo que les da la gana, marchan y se concentran dónde, cómo y cuándo quieren.
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Nunca imaginó Goebbels tener el poder y los medios con los que cuentan los "estrategas de guerra sucia" al servicio de Xóchitl Gálvez que aplican hoy, en nuestro país, sus enseñanzas y repiten las viejas recetas de la derecha mundial. Repetir mil veces una mentira es para ellos un juego de niños. Hasta 200 millones de mensajes contra Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum han emitido, en solo unas semanas, valiéndose de granjas de bots y los llamados troll centers que multiplican -ad nauseam- las mentiras y calumnias que, lanzan en los medios los mercenarios de la información a su servicio.
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¿Por qué y pese a todo la mentira, así millones de veces repetida, no se vuelve verdad? ¿Por qué solo atraen y convencen a las minorías conservadoras? ¿Por qué no caen López Obrador ni Claudia? ¿Por qué Xóchitl no despega? ¿Por qué las mayorías en México, como ha sucedido en otros países, no viran hacia la derecha?
La respuesta a estas interrogantes está, me parece, en la llamada "Revolución de las conciencias" y en el hecho -que escapa a la comprensión de quienes presumen saber mucho de la misma como Lorenzo Córdova- "...de que la democracia para el pobre -como dijo hace poco López Obrador- tiene un significado distinto del que tiene para cualquier otra clase social, porque para el pobre la democracia es parte de su seguridad, de su posibilidad de sobrevivencia".
Por la vida pues, por su vida y por las oportunidades que históricamente les fueron negadas por la oligarquía es que luchan las mayorías -que, como decía León Felipe "ya se saben todas las mentiras"- sin tener miedo, sin sentir odio, ni dar la espalda al movimiento que, por el bien de todos, les puso primero.