CUARTO OSCURO

Una cartera, un anillo y una pulsera sobre un trapo; esa imagen fue la primera que me tocó revelar

Una cartera, un anillo y una pulsera sobre un trapo; esa imagen fue la primera que me tocó revelar - en los tiempos de la reflex y el rollo- en los laboratorios del " flaco" Ceballos. Fue allá por 1977 y los objetos pertenecían al director y dueño del Diario de Tabasco, el famoso Marden Capetillo, cuyo asesinato había conmocionado a los tabasqueños.

Desde los nueve años, mi padre Daniel Castro Sánchez - el legítimo- me enseñó el arte de la revelada de fotografías.  A oscuras pues, fueron las primeras clases para lo que me deparó la vida más adelante.

Fue a mis 13 años de edad, cuando el maestro Rigoberto, me dejó a cargo de su estudio fotográfico ahí frente al mercado de flores de 27 de febrero, mientras él incursionaba cómo fotógrafo del gobernador Leandro Rovirosa Wade.

Por ahí desfilaban en ese entonces Alberto Pérez Mendoza - quien fue jefe de prensa del gobierno del estado - Rodobaldo Mendoza y un personaje que se volvió crucial en la vida de Rigo: Don Andrés Sánchez Solís, líder de la sección 44.

Durante esos años, el “flaco” fue referente en materia de información política. En los inicios de los 70´s  retomó las películas en “súper 8” para noticieros que ocasionalmente se exhibían en la sala de los cines “Tropical” y “Sheba”, actividad que antes había iniciado el maestro Rafael Vila y que abandonó porque no redituaba más que gastos. Toda una época.

Los tiempos del fotógrafo de políticos, que en su tiempo vivió “Rigo”, los viví en ese estudio de otra manera; mi adolescencia se acompañó del "Chelo Tungar" que llegaba a esa esquina a vender sus famosos “cockteles” de camarón en una moto; de la embotelladora de la Pepsi que se ubicaba en contra esquina; de las carnitas del "chuzo" de “Don miguelito” que se colocaba por las tardes; y del esquimo de la catedral , teniendo como vista el caballito de Gregorio Méndez justo en la intersección de Paseo Tabasco.

Fue pues, la vida de Rigoberto Ceballos, -fotoperiodista de más de 50 años- parte de mis inicios en el oficio de la comunicación, por eso siempre que nos encontrábamos en las afueras de su negocio o cerca de Plaza de Armas, recordábamos esas anécdotas (y algunas travesuras) de los 70' s, de la que él me hizo parte .

Mi agradecimiento siempre lo tuvo presente, era un gran ser humano, me quedo con aquellas largas pláticas y enseñanzas que teníamos mientras imprimamos fotos en ese "cuarto oscuro" de “Foto Estudio Ceballos” frente al panteón central.  Su carcajada era larga y contagiosa.

Dios con él. Abrazo a toda su familia y deseo pronta resignación a su partida de la mano de Dios.

Deja legado, historia y mucho amor a sus semejantes.

¡Hasta siempre maestro!        

Kybalión.- Durante el campeonato que ganaron los Olmecas en 1993, el pitcher Cecilio Ruiz, no le gustaba viajar en avión. Para evitar el pánico al lanzador, la directiva decidió contratar una suburban que lo trasladaba una noche antes a las sedes de los encuentros. Pero de que iba, iba.

Desde que ganaron seis encuentros al hilo en gira, además de las lesiones de Roel Santos y Maikol Serrano, y la salida de Raiko, los Olmecas de Tabasco comenzaron a perder armonía y magia en el campo. Dejaron de divertirse pues.

Extrañeza causó en el equipo le decisión de la directiva para dejar descansado en Tabasco – sin viajar a series en giras-, a los lanzadores Juan Pablo Oramas y Yoennis Yera, luego de lanzar este último juego sin hit ni carrera en el tumbapatos.

¿De quién fue la decisión? ¿De Julio Franco o de Gonzalo Medina? Hay mucha inquietud en el equipo. NO se sabe pues, si realmente los lanzadores “descansaron”, por las malas salidas que registraron después.

Esperemos realmente que las cosas se compongan, es evidente que, ante tantos ajustes, Olmecas enfrente sus series de play off que un “line up” totalmente diferente a los que jugaron en la temporada regular. En el 93, llegaron juntos todos.