CRUCE DE LÍNEAS

Por si no se han dado cuenta los creyentes en las distintas doctrinas religiosas la Cartilla Moral que promete entregar el Gobierno Federal a los 8.5 millones de beneficiados de programas sociales federales implica promover en el documento de 30 páginas el amor a la familia, al prójimo, a la naturaleza, a la patria, al deber, a la ley, etc., sustentada teórica e ideológicamente en el ensayo humanista que lleva el mismo nombre "Cartilla Moral" escrito por el filósofo mexicano Alfonso Reyes (1889-1959); propuesta que no excluye crisis doctrinaria y práctica de la fe religiosa.

Leyes de Reforma, Constituciones de 1857 y 1917.- Si bien Las Leyes de Reforma expedidas por el Presidente Benito Juárez García entre 1855 y 1861 estuvo dirigida e incorporó las responsabilidades civiles del Estado en ese entonces en manos de la iglesia, la Constitución promulgada el 11 de marzo de 1857 tenía el objetivo de limitar el poder de la iglesia. En tanto, la Constitución de 1917 promulgada un día como hoy, el 5 de febrero de 1917, incorporó el Artículo Tercero que promovía y protegía la educación laica y gratuita, sacudida por la guerra cristera suscitada entre 1926 y 1929.

Protagonistas nacionales.- Es decir, las religiones exigieron a sangre y fuego un papel protagónico en la formación y conducción moral y material de los mexicanos; que ciertamente en el umbral de esta etapa moderna cumplieron en la promoción de la fe desde los templos, pero jamás renunciaron a sus intereses fincados especialmente en las áreas educativa y de salud en México; sin embargo, y de acuerdo a la expresada violencia, actos de corrupción y confrontación registrada en los últimos años, la aparición de la Cartilla Moral, es el indicativo que las distintas doctrinas se desconectaron, e (in)cumplieron con los objetivos de su prédica. La realidad por un lado, el sermón por otro.

Crisis de doctrina.- ¿Acaso hoy estamos hablando de una profunda crisis de la fe? Del abandono del ser humano a las circunstancias materiales, a las leyes del libre mercado, a las tribulaciones de la política y de negocios de todo tipo de giro y naturaleza. ¿Este es el motivo que sustenta al documento elaborado por el intelectual y reconocido Doctor José Luis Martínez? “Y que AMLO asegura que esa guía moral trata de una herramienta para los mexicanos ante la decadencia que vive el país producto de la corrupción, la falta de oportunidades y la pérdida de valores”, hizo público BBC News Mundo.

Cartilla moral y civil.- Fuera de cualquier fe y doctrina religiosa, la cartilla moral es de corte civil, liberal, educativa, formativa. De hecho tiene sus orígenes en la campaña alfabetizadora emprendida por el secretario de Educación, Jaime Torres Bodet (1944), “tuvo como propósito inicial servir de apoyo alfabetizador de la Revolución mexicana a principios del siglo XX. Dirigido al lector que acababa de aprender a leer, es una guía laica, respetuosa de creencias particulares, que tiene nociones de antropología, política, sociología y civismo bajo el ánimo liberal de urbanidad que procuraba el mejor concierto entre ciudadanos de una determinada sociedad”, publicó en su plataforma digital Sin Embargo, en diciembre de 2011, cuando apenas iniciaba campaña por segunda vez como candidato presidencial AMLO.

Contenido filosófico.- En esa ocasión el ahora Presidente, declaró que el citado cuadernillo, fue dado a conocer por Alfonso Reyes, previo a la publicación de la Declaración de los Derechos Humanos (1948), pero que en él se encuentran elementos de filosofía, especialmente cuando el autor se refiere a la relevancia de la dignidad de la persona: “Todos los hombres son igualmente dignos, en cuanto a su condición de hombres, así como todos deben ser iguales ante la ley”, sostuvo. Aunque en el fondo se plantea la pregunta: ¿están en crisis las distintas doctrinas religiosas y la fe de sus seguidores? ¿Qué están haciendo las iglesias, y qué les queda por hacer ante el evidente reto que plantea el Jefe de Estado de retomar la conducción de la formación moral de los ciudadanos?

Esperamos se lancen a contribuir sus líderes, y no abran otros penosos capítulos de combate a las funciones del Estado.