Crisis y crasos Conocimiento de la Crisis, medidas
Iniciamos con un par de frases del maestro del maquiavelismo contemporáneo, Francis Underwood –Kevin Spacey- de la serie House of Cards: “El corazón puede asfixiar la mente cuando toda la sangre fluye hacia él” y “La competencia es un ave tan rara en estos lugares, que la aprecio con gusto cuando logro verla”.
En momentos de crisis acciona, sino, al menos reacciona. Compite, no te paralices. No todas las crisis se originan por acciones de gobierno, el mercado es un gran actor, salir de ellas sí depende del mismo.
En occidente una crisis se traduce como un problema, la cual genera sentimientos y emociones adversas, mayormente negativas, activando mecanismos defensivos, paranoias, culpas, desconfianza, incertidumbre, rechazos, aislamiento, el estrés aumenta. Somos seres integrales y la mente está conectada a los sentidos, tenemos que ser claros con los sentimientos, las emociones son sus hijos.
La mente debe estar clara, lúcida, para poder activar y controlar los mecanismos, sobre todo para organizarse y salir victorioso, recordemos la crisis implica cambios y ajustes. En regiones de oriente, crisis es oportunidad, tiempo de reflexión e inflexión pura, para los chinos es Weiji, compuesto por dos ideogramas: peligro y oportunidad. La situación es clara, hay peligro, debemos ser precavidos, pero debemos actuar.
En el caso mexicano convergen decenas de factores, algunos exógenos; la caída de los precios del petróleo y apreciación del dólar; otros internos, como la reforma que implica cientos de cambios, adaptación, mala administración, vicios añejos, malas prácticas de gobierno y ciudadanos. Certeza y profesionalismo son básicos para atravesar la crisis.
Se debe comenzar con la elaboración de un Diagnóstico Estratégico, apegado a la realidad tanto nacional como global, a la verdad. No es sano únicamente tomar como fuente: gobierno, discursos políticos, cámaras o asociaciones –entiéndase, las controladas por gobierno-, rumorología y medios de comunicación señalan.
Como en repetidas ocasiones hemos señalado, el Gobierno tiene sus propias metas, objetivos, políticas e intereses. La iniciativa privada se constituye conforme intereses particulares -algunas veces hay elegidos con intereses comunes, pero no es el género-, a los socios les interesa ganar dinero, sus fines son económicos, lucrativos; el gobierno debe además mantener el poder, cumpliendo un fin social.
Léase bien, nos referimos a un diagnóstico, apegado a terminología y su etimología griega, es decir, a través del conocimiento, que comprende diversos estudios y diligencias, tomando en cuenta diversos factores para mejorar la competitividad, calidad, desempeño, estado de la empresa, productividad, clientes, aplicando medidas de ajuste para determinar alcances, objetivos, valorar costos, eficiencia organizacional, administrar recurso humano, financiero, ambiente, regulación, establecimiento de precios, estandarización y normalización de procesos, empleo de tecnologías, oferta, demanda, capacidad, evaluación de riesgos y otras.
Ahora como señalamos anteriormente el diagnóstico es tan sólo el primer paso, siguiéndole la implementación. Bastante compleja, implica procesos, diligencias, la elaboración de un plan de acción que contenga el resultado del diagnóstico, la metodología, la capacitación al recurso humano para darle cumplimiento, los mecanismos de financiamiento, etc.
Como medidas generales los líderes de la empresa deben procurar:
Innovar y el plus. Mejorar lo existente, dar un poco más, algo diferente de lo existente en el mercado.
Objetividad. Resulta elemental, las decisiones deben atender los intereses.
Liquidez. No abusando de clientes y proveedores, -jinetear dinero es una práctica desprovista de ética y profesionalismo, puede ser ilegal, es mejor dar la cara y negociar-.
Generar alianzas, otros mercados, giros, promociona mediante marketing sano, nuevos clientes.
Observar. Explorar el mercado, estudiar al consumidor, enfocándose en las necesidades y alcances económicos, tal vez deba ajustar precios, productos, crear o modificar líneas de negocio.
Recortar. Gastos, nómina, pero justificados por el diagnóstico.
Restricción de lujos, comodidades, cualquier gasto innecesario: boletos de primera clase, restaurantes, hoteles, autos y viajes-;
Emplear activos ociosos, sacar provecho, ponerlos a trabajar.
Vigilar pasivos, reestructurar, negociar y planear pagos.
Utilizar créditos y financiamiento de manera responsable.
Atender a su gente, animarla, capacitarla, haciéndole entender que sólo unidos podrán vencer, su valor es el mayor de todos.
Ánimo y mucha energía!!!
Erik Manuel Priego Brito
erik@priegobrito.com
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