Escala Crítica
División de poderes y ciudadanía: silencios, simulaciones, narrativas y rendición de cuentas
*Claudia Sheinbaum: moderación y tolerancia no es ingenuidad
*Evaluación: ¿qué poder institucional está más cerca de la ciudadanía?
*"El Estado existe para servir a la gente, y no al contrario". Vlacav Havel
HEMOS COMENTADO AQUÍ LA COMPLEJIDAD en la construcción de un liderazgo y en los estilos personales aun en proyectos compartidos. Un caso especial es el de Claudia Sheinbaum Pardo, de visita en Tabasco el domingo pasado, ocasión en la que tuve oportunidad de una breve conversación con la ex Jefa de Gobierno, pero sobre todo escucharla en varias ocasiones referirse a sus compañeros del movimiento con mucha mesura y afecto. Se trata, sin duda, de tejer la unidad en una organización tan diversa.
Pero el desafío que tiene Claudia Sheinbaum es mucho mayor, porque debe relevar a Andrés Manuel López Obrador, un personaje en el que hasta sus adversarios reconocen características poco comunes. No se trata, por supuesto, de una competencia en estilos; la actual coordinadora nacional de la Cuarta Transformación ha dicho que AMLO es insustituible e inimitable. Tiene, sin duda, que establecer su propio espacio.
Y en este proceso le siguen disputando terreno no sólo quienes compitieron en la pasada encuesta. Quien más abiertamente lo hace es Marcelo Ebrard que sigue estirando la liga en Morena, pero también Ricardo Monreal y Adán Augusto López. Ya sea de manera directa o por sus simpatizantes y socios. Ocurre asimismo con sus opositores. Es normal.
Ahora bien, lo que me parece que no se debe confundir es la cordialidad en el trato que ha dispensado a todos Claudia Sheinbaum. Algunas publicaciones, como portal de noticias Bloomberg, la ha comparado con la excanciller alemana Ángela Merkel en su característica de "política con la mente rigurosa de una científica". Recordemos que Merkel era también de una "dureza flexible". Habrá oportunidad de ocuparnos de este aspecto. Me dice un colaborador de la futura candidata presidencial: "anda entre viejos tiburones de la grilla a la mexicana, pero se equivocan si creen que la pueden chamaquear".
DE CARA AL PUEBLO
A OTRO ASUNTO, pero relacionado con el presente y futuro.
Pregunta central, por los tiempos que corren en México: ¿qué poder institucional está más cerca de la ciudadanía? Aquí hay dos cuestiones a dilucidar: qué poder comunica y participa del debate con intensidad; 2) qué poder transparenta su actuación y rinde cuentas a la ciudadanía. Guste o no el estilo, vamos a los hechos.
En la primera cuestión, el Poder Ejecutivo lleva ventaja: la presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador en la arena pública –vía conferencias matutinas- es abrumadora. Para muchos un giro democrático del poder, a partir de información, señalamientos y desmentidos. Para otros, un "modito" con resabios autoritarios.
Pero estamos justo ante lo que el Poder Ejecutivo evitó por décadas. Actor silencioso, el Presidente se acostumbró a no tener debates con vista a los ciudadanos. Esto ya cambió. Y se verá en 2024 si ese cambio tiene continuidad.
Los tres poderes quedan a deber en transparencia y rendición de cuentas. Hay mucho por mejorar. Todavía la opacidad rodea a los poderes institucionales en la práctica. Por ello es positiva la vigilancia mutua. Aunque no es lo mismo la invasión de funciones: que un poder obstaculice a otro en acciones que procuran el bienestar ciudadano. Ahí es donde la ciudadanía se debe convertir en vigilante de los poderes y con su voto tener voz en la construcción republicana.
HISTORIA, NARRATIVAS Y TENSIONES
QUÉ FUE PRIMERO: ¿el Estado o el individuo? La historia indica que a partir del fundamento individuo/ciudadano, por aglutinación de unidades, se define la construcción del Estado-Nación. Este punto ayuda a comprender los debates actuales sobre la división de poderes en México. Sin defensa de los derechos ciudadanos, no hay poderes ni Estado. El estadista checo, Vlacav Havel lo expresó así (1999): "las libertades humanas representan un valor más alto que la soberanía estatal". De ahí que la soberanía resida en la práctica de los valores humanos en el individuo, pero también en los valores sociales del pueblo. Lo marca así la Constitución. Por ello es pertinente la moción de elegir ministros con votación abierta. No sería sólo en México, ya ocurre en el mundo. Cómo garantizar su independencia, es tema a debate.
Venimos de un muro de silencio en materia de división de poderes. Durante el siglo XX mexicano, la división de poderes fue presentada como hecho democrático patente, mientras las prácticas simuladoras invertían la función básica del Estado: no servir a la gente, servirse de la gente. El silencio/momia, sexenio a sexenio, para apuntalar como simulación la división de poderes, es lo que –con razón histórica- reprocha AMLO a la comentocracia. Nos quejamos, pero en mucho quienes lo hacen participaron o toleraron esa descomposición. La construcción democrática o la desconstrucción autoritaria no resulta fácil.
Retomaremos esta cuestión incómoda para el viejo sistema.
AL MARGEN
ANTES DEL JUEGO se eligen las reglas, el árbitro y...el juego. A veces hasta el público. (vmsamano@hotmail.com)