Un choque inusual entre actores de dos poderes públicos
Tabasco enfrenta una inédita disputa entre los poderes Ejecutivo y Legislativo
El enfrentamiento verbal entre representantes de los poderes Ejecutivo y Legislativo es un hecho inédito en la vida pública de Tabasco. Jamás se había dado una pugna de esta naturaleza en un final de sexenio. Se agraviaron ambas partes y no se aprecia, al menos en lo inmediato, que se puedan zanjar las diferencias, dado el carácter voluble de los protagonistas.
Aparentemente el trabajo legislativo fue cuestionado por el secretario de Gobierno, José Antonio de la Vega Asmitia, por la tardanza en aprobar la donación de propiedades del gobierno estatal a su par federal para echar a andar el programa IMSS-Bienestar en la entidad.
Le echó más leña al fuego al declarar que la Cámara de Diputados tiene en la “congeladora” varias iniciativas enviadas por el Ejecutivo.
A este hecho se sumó la versión de que los diputados exigieron un bono de marcha por un millón de pesos para cada uno que integran la legislatura saliente a cambio de aprobar la iniciativa en comento, la cual no ha sido confirmada o desmentida por ninguna de las partes, pero dejó la duda sembrada sobre el trabajo legislativo.
Esos señalamientos calaron hondo en el Congreso, no cayeron nada bien. El presidente de la Junta de Coordinación Política, Emilio Conteras Martínez de Escobar, interpretó las declaraciones del responsable de la política interior como una falta de respeto y le exigió una disculpa pública.
Esa postura ahondó las diferencias entre el secretario de Gobierno y el líder del Congreso y de lo público se pasó al terreno personal en el que nadie gana y los dos pierden, máxime cuando se espera de los servidores públicos una actitud prudente y tolerante y no una reacción arrogante y soberbia.
Es cuestionable que se pretenda dirimir esta disputa comparando trayectorias y retando a debatir, como si eso fuera a resolver el problema. La ira no es buena consejera.
Llama la atención que ambos personajes pertenecen al mismo grupo político, y que uno de ellos le echara en cara al otro, que llegó al Congreso gracias al líder de ese bando. La función pública no es escenario para resolver agravios personales, sino asuntos de interés público.