Le comentaba en otra colaboración que la partería tradicional en México es una práctica milenaria. Ha sido investigada, entre otros, por Brenda Ortiz Coss e Iñiga Pérez Cabrera. En información de la agencia CIMACnoticias se destaca que algunas parteras tradicionales conviven hoy con otros tipos de partería como la profesional. Hay una Confederación Internacional de Matronas y existe una escuela de partería profesional en la Universidad Autónoma de Guerrero, única institución de educación superior en este ramo.

Las parteras tradicionales son las mayoritarias y su preparación es adquirida en sus comunidades a través de años, por los conocimientos y experiencias ancestrales, no solo para llevar los alumbramientos a buen término, con la vigilancia constante de todo el proceso de los embarazos, masajes y el uso de plantas medicinales.

Ejercen su oficio fuera del sistema de salud  en los domicilios de las embarazadas,  no sólo porque forman parte de las mismas comunidades, sino porque dan un trato digno tanto a las mujeres como a los recién nacidos, antes y después del parto.

Ellas para ejercer su oficio, además de años de experiencia, deben contar con el respaldo de otras parteras y de sus pueblos; también mantienen cierta relación con las autoridades de salud pública más cercanas, que las proveen de algunos conocimientos.    

De acuerdo con Amparo Calderón, partera tradicional del Estado de México, aportan conocimientos ancestrales presentes en diferentes etapas en la vida de una mujer y  cuidan y difunden estos saberes y rescatan la herencia de sus guías y sus abuelas de conocimiento.

La partería, afirmó también Amparo Calderón  es una práctica ancestral que ha sido marginada por la medicina moderna y las políticas públicas en salud; pero que siempre ha sido así. Tanto que en las décadas del 70 y 80, sin título universitario, fueron consideradas en la promoción del primer nivel de salud.

El papel de las parteras sigue siendo preponderante en las comunidades rurales, campesinas e indígenas sostiene la investigadora Paola Sesia.

Con datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica del 2009 afirma que en Chiapas la atención del parto por una partera alcanzó el 25.3 por ciento aunque en la población rural fue del 48.1 por ciento; en Guerrero fue de 9.3 por ciento, en población rural llegó a 24 por ciento; y en Oaxaca las cifras son de 7.2 y 13.4 por ciento, respectivamente.

Es un conocimiento que hay que valorar y rescatar; responde también a una necesidad en un país donde la atención médica pública es insuficiente y la privada muy cara.