La nueva soledad de América Latina
Estuve en Santiago de Chile para presentar el libro La nueva soledad de América Latina, un pequeño volumen que recoge las conversaciones que durante toda la pandemia sostuvimos el ex presidente Ricardo Lagos
Estuve en Santiago de Chile para presentar el libro La nueva soledad de América Latina, un pequeño volumen que recoge las conversaciones que durante toda la pandemia sostuvimos el ex presidente Ricardo Lagos, Jorge G. Castañeda y yo.
La iniciativa de ese largo intercambio fue del ex presidente Lagos. Le preocupaba la manera como la pandemia había acentuado, de un lado, la fragmentación y del otro el aislamiento de los países latinoamericanos, su falta de comunicación y la ausencia de un foro donde plantear sus problemas comunes con una voz propia, capaz de hacerse oír en el mundo, y de influir en él.
Esta preocupación fue el centro de las conversaciones que, a partir de cierto punto, empezamos a grabar y a transcribir, y luego a editar, para que adquiriera su forma final de una reflexión a tres voces.
La reflexión está ordenada en cinco capítulos y un epílogo.
El primer capítulo da cuenta precisamente de la fragmentación de la América Latina y la desaparición o el debilitamiento de foros y espacios donde la región podía reunirse antes y conversar sus problemas.
El segundo capítulo revisa la posición de América Latina, o mejor dicho su descolocación, en el nuevo escenario geopolítico creado por la rivalidad de China con Estados Unidos, y la invasión rusa de Ucrania.
El tercero aborda las coordenadas de lo que va tomando los rasgos de un magno desencuentro del gobierno de Biden y de Estados Unidos con los gobiernos de la región, una extraña mezcla de desacuerdo e indiferencia mutua que explica la grisura de la Cumbre de las Américas reunida en junio.
Quizá los pasajes más inquietantes del libro sean los del cuarto capítulo, dedicado a la debilidad creciente de las democracias del subcontinente sometidas a la emergencia de lideratos populistas y autoritarios.
El capítulo quinto repasa los daños sociales y económicos de la pandemia, la manera como su paso desnudó la fragilidad de los sistemas de bienestar social de la región.
El epílogo retoma el tema central del libro: el de la nueva soledad, la notoria irrelevancia de la región en el mundo.