Altar Mayor

Buenas intenciones...

Una frase muy conocida es aquella que dice "el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones", presuntamente expresada por San Bernardo de Claravajal, un santo francés del siglo XII (Centro Virtual Cervantes).

Y tal expresión viene a colación ahora, cuando hace unos días, ante una multitud reunida en la Unidad Deportiva de San Marcos, Guerrero la presidenta de México, Claudia Sheinbaum lanzó al aire una severa advertencia: "No queremos ningún corrupto, ninguna corrupta, no queremos corruptos en los gobiernos de la 4T. Queremos que el recurso que es del pueblo se le regrese al pueblo" (La Jornada 17/01/2025).

Contundente, el mensaje presidencial durante el acto de entrega de tarjetas de la pensión de Mujeres Bienestar, fue recibido por la concurrencia con una apoteósica ovación porque, sin duda, dicha advertencia hizo eco a lo largo y ancho del país como un importante compromiso del Gobierno de la República.

Pero veamos (o mejor dicho recordemos): el tema de la corrupción es un asunto que ha estado en el escenario político desde siempre.

Basta recordar aquel lema empleado en su campaña electoral por el expresidente José López Porillo que decía "La solución somos todos", expresión que el ingenio mexicano le dio un giro para modificarla y decir de las de acá "La corrupción somos todos".

Recuérdese, por otro lado, cuando siendo presidente el copetón Enrique Peña Nieto, muchas críticas recibió por haber dicho que el tema de la corrupción era "un asunto de orden a veces cultural", expresión que, a su vez, motivó por aquellos días un sarcástico comentario del periodista León Krauze, quien dijo: "Yo sí creo que hay un tema cultural lamentablemente, que ha provocado corrupción en todos los ámbitos y órdenes tanto privado como público, no es un tema exclusivo del orden público, y se alimenta de ambos lados, y ha sido así" (Animal Político 9/09/2014).    

De tal suerte que, como podemos ver,  el tema de la corrupción no es algo nuevo.

Pero no obstante, ha servido para algunos miembros de la clase política quienes lo han utilizado --según convenga a sus propios intereses-- incluso hablando sin aportar prueba alguna de algún acto de corrupción, y hasta invocándolo dogmáticamente.

Pero bueno, por eso como San Bernardo de Claravajal, quizá lo dicho por la hoy Presidenta de México, sirva para recordarnos, igual que como hablaba Benito Juárez, autor de la honrosa medianía, que las buenas intenciones no sobran.

Aunque a veces cuando en el ámbito de la política alguien habla del tema de la corrupción, algunos lo consideran un vituperio.

Ojalá que para la edificación del segundo piso de la 4T, ahora sí vaya en serio el combate a la corrupción.

Aunque para ello, como también lo dijo Enrique Krauze, dicho tema es un asunto del orden público y privado, no es exclusivo del orden público; se alimenta de los dos lados, y su erradicación podría acarrear que pueda haber muchos desempleados.

Lo expresado por la Presidenta Sheinbaum, sin duda tiene toda la buena intención; hay suficiente tiempo para ver en los hechos que seguimiento se le da a dicho pronunciamiento.

Porque déjeme decirle amable lector que hablar de la corrupción es ocuparnos de un flagelo que por una parte mucho daño ha causado a nuestro país, pero también como se ha visto, ha sido utilizado para el aniquilamiento de los adversarios en el ámbito de la política.

Y desde luego que no hay que soslayar todos los esfuerzos que el gobierno de la 4T está haciendo por airear la vida pública del país y combatir ese tipo de flagelo social como lo es la corrupción pero hay que admitirlo que aún existe mucha tarea por realizar para alcanzar objetivos importantes en esa materia. (altar_mayor@yahoo.com.mx)