Altar Mayor
Pacificar al país, el reto...
Muy interesante el mensaje enviado –hace unos días-- a la sociedad mexicana por parte de la doctora Claudia Sheinbaum, candidata presidencial por MORENA y partidos aliados (PVEM y PT), desde Lázaro Cárdenas, Michoacán, respecto al papel que juegan los jueces federales en torno a ese gran tema de la inseguridad nacional que tanto ha afectado a México en los últimos años.
Entrelíneas, la abanderada morenista criticó el hecho de que con suma facilidad algunos jueces otorguen amparos a aquellos personajes vinculados con delitos de alto impacto como sería el caso de la excarcelación de Abraham Oseguera Cervantes el famoso "Don Rodo".
La ex jefa de Gobierno textualmente dijo: "El Poder Judicial tiene que cooperar en la pacificación del país. Y por eso, también lo que estamos planteando de reformas al Poder Judicial. Y, de cualquier manera, advirtió, el Poder Judicial no puede lavarse las manos frene a la inseguridad. O sea, vean ustedes los recientes amparos que hubo. Entonces, ¿Qué? ¿Ahí no hay responsabilidad del Poder Judicial? Tiene que haber responsabilidad" señaló.
Lo declarado por la candidata morenista, sin duda, refleja preocupación por un problema que, como muchos han advertido se ha convertido en un verdadero Talón de Aquiles no sólo para el gobierno federal, sino también para los de los Estados y Municipios, como es el de la inseguridad.
Un lastre que, desafortunadamente, se viene arrastrando. No es asunto nuevo, ni apareció en este sexenio, y aunque algunos insistan en minimizarlo, debe admitirse que se ha convertido en un verdadero problema social.
Por eso resulta interesante lo que dice la doctora Claudia Sheinbaum.
Y en ese sentido, más de uno coincide en señalar que, hacia el futuro inmediato, sería mucho más interesante pasar de las palabras a los hechos.
Asumir con toda la fortaleza del Estado acciones concretas para contrarrestar ese grave problema.
Y es que a estas alturas se observa que la estrategia de "abrazos no balazos" fue insuficiente en el combate a la delincuencia organizada; y, en su momento, la llamada "guerra contra las drogas" aplicada por el gobierno de Felipe Calderón, resultó un fiasco.
O sea, ni por las malas, ni por las buenas se ha logrado concretar una estrategia eficaz que ayude a que los mexicanos recuperemos la paz y la tranquilidad que antes veníamos disfrutando.
Hoy muchas regiones son asoladas por grupos delincuenciales que actúan en plena libertad. Y de ello, a diario, dan cuenta las propias autoridades y los medios informativos nacionales o extranjeros.
Hablar, entonces, de que el Poder Judicial tiene que cooperar en la pacificación del país suena atractivo; pero sin embargo, habría que comprender que la solución al gran flagelo de la inseguridad podría no estar en esa ruta.
El asunto más bien está en manos de los cuerpos de seguridad nacionales, estatales y municipales que tienen que asumir un mayor compromiso con la sociedad mexicana para contrarestar, con estrategias de inteligencia, todos aquellos actos de violencia (balaceras, bloqueos carreteras, quema de vehículos, extorsión, etc) que generan incertidumbre e intranquilidad en todo el territorio nacional.
En suma, que haya en verdad paz para recorrer los caminos de México, con plena confianza y libertad.
Que tampoco haya necesidad de recurrir a la protección de la Guardia Nacional, o las corporaciones estatales y municipales, para garantizar la seguridad --como hoy sucede---- particularmente con algunos de los candidatos de todos los partidos políticos.
Es un reto nada fácil. Es un reto en el que todos: gobierno de los tres niveles, sociedad en general, partidos políticos, asociaciones, debemos asumir.
Cerrar filas y hacer frente común, con inteligencia y capacidad para lograr esa pacificación nacional que tanto anhelamos la mayoría de los mexicanos. (altar_mayor@yahoo.com.mx)