Altar Mayor

Camila, una víctima más....

Que terribles cosas siguen sucediendo en este México mágico de enorme degradación social. ¿Hasta dónde vamos a llegar?, se preguntará más de uno.  

Fíjese usted, en momentos cuando en muchas partes del mundo, los católicos se sumaban a los rituales tradicionales de la Semana Mayor en el marco de la Cuaresma 2024, una tragedia conmocionó al Estado de Guerrero.

Esto, con motivo de la muerte de Camila, una menor de ocho años, que según las autoridades había sido presuntamente secuestrada y después privada de la vida; suceso que, como en otras ocasiones y por casos parecidos, ha venido ocurriendo provocó la indignación de familiares y amigos de la víctima y el reproche de muchos por ese inhumano acontecimiento.

Todo comenzó cuando, según se dice, el 27 de marzo, en Taxco, Guerrero, Camila fue reportada como desaparecida, difundiéndose en redes sociales información para localizarla, y horas más tarde, su cuerpecito fue encontrado en una bolsa de basura.

La menor fue vista con vida, por última vez, a las 15:00 horas de ese miércoles 27 de marzo.

Al confirmarse que el cuerpo sin vida era el de la menor, el hallazgo provocó que una turba enardecida (familiares y amigos) llegara al domicilio donde se decía se encontraban sus presuntos secuestradores y victimarios.

Procedieron a ingresar y sacar violentamente con gritos a las personas que ahí se encontraban, tres hombres y una mujer, a quienes golpearon a grado tal que la fémina falleció en tanto que los demás, uno de ellos fue detenido y los dos restantes llevados a un hospital para ser atendidos.

Fue un despiadado linchamiento, ni duda cabe, ante los ojos de los policías municipales y estatales que no pudieron evitarlo.

La muerte de Camila es sin duda reprobable y duele, como también lo es el linchamiento y muerte de la mujer que presuntamente era uno de los secuestradores, sin que --por decirlo así--pretendamos igualar la muerte de Camila y uno de sus presuntos victimarios, porque evidentemente no hay comparación alguna.

También, hay que decirlo, con todas sus letras no es un asunto para que --de alguna manera-- con nuestras palabras, demos margen a la politiquería insensata, porque al hacerlo así lo que se produce es hacer más profundo el dolor, la tristeza y la indignación por lo ocurrido.

Qué sigue en el caso?. Primero, esclarecer los hechos y, segundo, si hubo omisión o negligencia por parte de algún o algunos servidores públicos que hayan tenido conocimiento desde el primer momento en que se estaba generando el hecho, fincarles la responsabilidad correspondiente.

Pero hacerlo, con el entendimiento de que el horno no está para bollos. Muchas cosas se han dicho y se están diciendo del Estado de Guerrero, su gobierno y sus autoridades, como también se está diciendo de otros lugares. Y afanarse para aprovechar el momento para cuestionar la actuación de Evelyn Salgado, gobernadora de aquella entidad, es --quiérase o no-- desviar la atención de lo que en verdad está viviendo no solo Guerrero sino todo el país y el mundo entero.

Esto es, una gran degradación social a la que se está llegando frente al valor y respeto que debe tener la vida de cualquier ser humano.

Lo que sigue, es reflexionar hasta donde hemos llegado en nuestra actual sociedad cuando hoy, privar de la vida a un semejante sea menor de edad, adolescente, joven o de más edad, parecería que es como matar un animal.

Y en una gran paradoja, resulta irónico que a veces andemos más preocupados por lo que le pase a un animal, que a una vida humana y no es que la vida del animal no importe, que quede claro.

Hablamos de humanismo, pero en verdad qué se está haciendo al respecto.

Lo de Camila obliga a una profunda reflexión, fundamentalmente reconocer que si siguen así las cosas vamos directamente a una catástrofe. Perdón, por decirlo así.

Del linchamiento, hay que decirlo, si los gobernantes, las autoridades y la sociedad, todos, no corregimos el rumbo para en verdad acabar con la impunidad, la realidad se nos seguirá estrellando en el rostro y al rato las consecuencias con toda seguridad las podremos vivir en nuestro propio entorno social. (altar_mayor@yahoo.com.mx)