ALGUNAS REFLEXIONES

La enseñanza, más que erradicar la corrupción, es pues invertir en educación y en salud

Amartya Sen, el economista hindú que en 1998 obtuvo el Premio Nobel de Economía y en 2021 el premio Princesa de Asturias, nos pone como ejemplo la provincia de Kerala, la más pobre de la India, en la que sus gobernantes se dedicaron a invertir en educación y en salud, y en base a ello actualmente la convirtieron en  la provincia con mayor ingreso per cápita de ese subcontinente.

La enseñanza, más que erradicar la corrupción, es pues invertir en educación y en salud. De la ignorancia deriva el racismo, el fundamentalismo religioso, la intolerancia y la corrupción.

La poesía dice lo indecible y nos hace ver lo invisible. Nos recuerda a Mnemosine, la personificación de la memoria,  madre de las 9 musas, de todas las artes y todos los conocimientos. Y nos hace meditar que en  la vida la meta no es llegar a Ítaca, la meta es vivir la experiencia, disfrutar la alegría de vivir el viaje a Ít0aca.

La educación musical, tan abandonada en nuestro  México, es primordial para la formación de buenos ciudadanos. Fabiola Gianoti, directora del CERN de Ginebra, el mayor centro de investigación científica de Europa, estudió primero griego y latín y durante 10 años piano. El arte y el humanismo propician la ciencia.

Jorge Luis Borges, el gran humanista argentino, escribió un ensayo que tituló “La Muralla y los Libros”, en el que nos habla de un emperador chino que se dedicó a construir murallas y a quemar libros. Indudablemente hay  dictadores ciegos que no se dan cuenta que al construir muros, están construyendo una terrible cárcel para ellos mismos.

Y ¿por quién doblan las campanas? John Donne, poeta metafísico inglés: al morir un vecino se pregunta al oír las campanas: “Quién habrá muerto?, pero que me estoy preguntando, doblan por mí, yo soy parte de la humanidad, y cuando doblan las campanas, algo de mí ha muerto”,

Y para finalizar, en un mundo absurdo, en el que el 1% de la humanidad detenta el 82% de la riqueza, recuerdo a Montesquieu, el filósofo y jurista autor de la inmortal obra “El espíritu de las Leyes”, que decía: “Si supiera de algo que me fuera útil pero perjudicial a mi familia, lo echaría de mi mente. Si supiera de algo útil a mi familia pero perjudicial a mi patria, lo olvidaría y si supiera de algo útil a mi patria pero perjudicial al género humano lo consideraría un crimen.”

Es el crimen que cometen los que viven de la industria de la muerte, de la venta de armamentos, de la diabólica creación de guerras.