ÍNTEGRAmente: ¡Auxilio¡ ¡Mi hijo quiere ser influencer¡
Si tu hijo llega un día y te dice que quiere ser influencer, debes desmentir 5 mitos
Tener seguidores en redes sociales se ha convertido en la máxima aspiración de muchos niños y adolescentes. Cuando se les pregunta: ¿Qué quieres ser?, muchos de ellos responden: “Youtuber, tiktoker, instagramer” o simplemente “influencer”.
Podría decirse que en el fondo, la pauta no ha cambiado radicalmente: los hijos ambicionan ser aquello a lo que se dedican sus ídolos. El problema es que estos están ahora en las redes sociales. Además, las redes transmiten la percepción de que cualquiera puede triunfar con solo abrirse un perfil y grabar vídeos, algo que, además, parece fácil, divertido y genera los ingresos suficientes para hacer de ello un medio de vida rentable y con glamour.
Si tu hijo llega un día y te dice que quiere ser influencer, debes desmentir 5 mitos:
1. Ser “influencer” es una profesión
Lo primero que deberíamos hacer es decirle que ser influencer no es una profesión. No lo es, porque YouTube, Instagram, TikTok y el resto de redes sociales son solo plataformas a través de las cuales es posible comunicar una profesión. Lo importante, por tanto, es que tu hijo piense a qué se quiere dedicar, qué profesión quiere ejercer y a partir de ahí, explorar si es posible que las redes sociales le ayuden a difundir esa profesión.
2. Se gana mucho dinero
Es un error creer aquello de que “para ganar dinero con un canal de YouTube, es suficiente con publicar vídeos porque los anuncios que se insertan generan muchos ingresos”. No es así. Para que un canal de YouTube pueda recibir ingresos por publicidad, debe tener, al menos, 1.000 suscriptores y registrar más de 4.000 horas de visualización en los últimos 12 meses. Eso son muchas horas. Pero incluso aunque el canal tenga publicidad, los ingresos que un youtuber logra por los anuncios dependen de tantas variables, que plantearse vivir solo de ello es muy complicado.
3. A más seguidores, más ingresos
Si se logran muchos seguidores, las empresas van a pagar por hablar de los productos o aparecer con ellos en el canal. Es cierto que una vía de ingresos habitual es negociar acuerdos de colaboración o de contenido patrocinado con marcas. Pero cuidado: esta práctica con la publicidad encubierta puede acarrear problemas legales si el influencer no deja claro que el contenido es fruto de una relación comercial. Esto ha dado lugar a un negocio en el que participan como intermediarios agencias de representación y marketing, y en el que el número de suscriptores o seguidores ya no es suficiente.
4.Consigues muchos regalos
Se cree que cuando abres una canal y empiezas a ganar seguidores, consigues también muchos regalos de empresas. En realidad, un regalo no deja de ser un pago que se realiza sin dinero, y el criterio por el que las empresas los asignan a uno u otro influencer depende de los acuerdos comerciales. Eso, cuando se trata de un obsequio, y no de una simple entrega que hay que devolver. Los regalos no caen del cielo.
5.Crear contenido es muy fácil
Se cree que grabar y publicar contenido es muy fácil. Nada más lejos de la realidad. Pensar en el guion de un vídeo, producirlo, grabarlo, editarlo y publicarlo lleva mucho tiempo. Un vídeo de 20 minutos requiere el equivalente a una jornada laboral completa. Para lograr la foto perfecta antes ha habido muchas tomas falsas. Los 15 segundos de TikTok se traducen a veces en varias horas detrás de la pantalla.
Lo mas importante entonces es hacer conciencia en los menores de que no todo lo que brilla es oro y una vida de lujos y dinero que se alcanza simplemente con aparecer en una pantalla unos segundos es lo mas alejado a la realidad con respecto a los influencers.