Niño llama a la policía porque tenía hambre; recibe donaciones de alimentos
Hace una semana, las alacenas de la familia Barros estaban vacías. Ahora, los paquetes de comida no caben en los estantes
Cuando el telefonista preguntó cuál era su emergencia, el niño respondió: «Señor policía… es porque no hay nada para comer en mi casa».
El interlocutor envió una unidad móvil a su casa en Santa Lucía, en los suburbios de Belo Horizonte (sudeste, estado de Minas Gerais). Los agentes pensaron que podía tratarse de un caso de negligencia.
Pero al llegar a la precaria vivienda se encontraron con una historia cada vez más habitual en la mayor economía de América Latina: la de una madre que lucha por alimentar a su familia mientras los precios de los alimentos suben y los ingresos disminuyen.
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Los oficiales fueron al supermercado y regresaron con una carga de alimentos, incluidas donaciones del dueño de la tienda.
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La historia de Miguel, se volvió viral.
Entonces, las donaciones de alimentos y dinero comenzaron a llegar desde todo Brasil y de fuera, desbordando la cocina de la familia.
«Llegó mucha comida diferente, alguna ni siquiera sé qué es», sonríe Miguel, abriendo una alacena repleta.
La madre de Miguel, Celia, es una mujer soltera de 46 años con ocho hijos, seis de los cuales aún viven con ella. Tuvo varios trabajos ocasionales hasta que comenzó la pandemia y quedó desempleada, cuenta.
La historia del niño conmovió a los habitantes de un país donde el hambre ha vuelto a ser un problema importante, después de haber sido casi erradicado hace una década.
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