Descubre el milagro en el mar: la odisea de un pescador peruano

Pescador sobrevive 95 días a la deriva comiendo cucarachas y bebiendo agua de lluvia

• Máximo Napa, un pescador peruano de 61 años, vivió una increíble historia de supervivencia después de quedar a la deriva durante 95 días en el océano. Su embarcación fue desviada por una tormenta el 21 de diciembre de 2024, y desde entonces, Napa enfrentó condiciones extremas, alimentándose de cucarachas, peces y tortugas, y bebiendo agua de lluvia para mantenerse con vida.

Una odisea de supervivencia: Sin víveres y a merced del océano

• Napa, quien zarpó del puerto de Marcona el 6 de diciembre, perdió todo contacto con tierra firme después de la tormenta. Durante los primeros días, logró sobrevivir con los víveres que llevaba, pero después de un mes, se quedó sin provisiones. En ese momento, su fe en Dios y el recuerdo de su madre lo mantuvieron fuerte. "Pensé en Dios, en mi madre, en mis hijos y en mi nieta", relató el pescador.

El 11 de marzo, un barco pesquero lo rescató en aguas ecuatorianas, a más de mil kilómetros de donde había comenzado su viaje. Napa fue encontrada en estado crítico, rodeado de gaviotas, lo que alertó a la tripulación del buque.

Denizde kaybolan balikçi 95 gün sonra sag bulundu! Bakin ne yemis
Büyük Okyanus açiklarinda kaybolan Perulu balikçi Maximo Napa Castro, denizde geçirdigi 95 günün ardindan sag bulundu. Yasadiklarini anlatan kayip balikçi, yagmur suyu içtigini ve kaplumbaga, kus, böcek gibi... pic.twitter.com/E7XjYPfAcN

— Haberler.com (@Haberler) March 17, 2025

El reencuentro con su madre: El milagro que puso fin a su pesadilla

Tras ser rescatado, Napa fue trasladado a un hospital en Piura, donde recibió tratamiento por deshidratación y desnutrición. Después de varios días de recuperación, regresó a su ciudad natal, Pisco, donde se reencontró con su madre en una emotiva escena. "Fue un milagro", expresó Napa, agradecido por haber sobrevivido a esta experiencia extrema.

El pescador, conocido por su carácter reservado, compartió que durante su calvario, cada lluvia era un regalo que le permitía seguir adelante. "Cuando Él quería, me mandaba lluvia y me hacía vivir", dijo. Su historia, llena de fe y determinación, se ha convertido en un ejemplo de resiliencia y esperanza.