Trump frena autos eléctricos

Argumentando que estas medidas eran necesarias para salvar a la industria automotriz estadounidense de la "aniquilación total", Trump ordenó eliminar las políticas y regulaciones que rigen la contaminación automotriz y los estándares de economía de combustible.

La directiva también pide a los reguladores que consideren eliminar los subsidios que favorecen a los autos eléctricos sobre otras tecnologías. Esta decisión podría tener repercusiones globales, afectando a fabricantes de automóviles y baterías en todo el mundo.

Las políticas a favor de los vehículos eléctricos en Estados Unidos han sido fundamentales para el crecimiento de la industria, con proyecciones que estimaban 27 millones de vehículos eléctricos en las carreteras estadounidenses para 2030 y 92 millones para 2040, según PwC. Esta expansión también habría beneficiado a los proveedores de baterías, impulsando el sector.

Afectaciones

• Las automotrices globales han dependido de mandatos e incentivos, como el crédito fiscal federal de 7,500 dólares, para reducir la diferencia de precios entre vehículos eléctricos y coches de gasolina. Una investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts estima que los reembolsos por compra directa aumentan en un 8% los registros de vehículos eléctricos nuevos por cada mil dólares de incentivo ofrecido.
• Derogar completamente el reembolso de 7,500 dólares requeriría una ley del Congreso, pero Trump podría modificar las pautas de elegibilidad, reduciendo el número de vehículos que califican para los incentivos. Las acciones de fabricantes de baterías en Asia, como Panasonic, SK Innovation y LG Energy Solution, cayeron tras el anuncio, aunque las valoraciones siguen siendo altas en comparación con el año anterior.

Cualquier reforma regulatoria podría tardar meses en concretarse debido a posibles impugnaciones legales. Sin embargo, la rapidez con la que Trump delineó su política sobre vehículos eléctricos ya está teniendo un efecto paralizante en un mercado que depende de incentivos para mantener su ritmo de adopción, poniendo en riesgo la transición hacia la movilidad eléctrica.