Crimen organizado, la otra barrera para mujeres migrantes en la frontera sur
6 de cada 10 niñas y mujeres migrantes en México son atacadas sexualmente, alerta Fondo Semillas, una organización feminista
Las autoridades migratorias en la frontera sur de México, no son la única “barrera” que las mujeres y niñas que abandonan los países de Centroamérica esperan sortear: en el camino también hay presencia de grupos del crimen organizado que intentan captarlas para trabajos de prostitución u otros tipos de esclavitud, detallan grupos de defensa de migrantes.
“Por los testimonios de mujeres que están con nosotros, sabemos que al llegar a la frontera se acercan hombres a ofrecerles trabajo que no es un trabajo digno, sino para vender su cuerpo o les ofrecen trabajo domestico pero al final termina siendo para otras cosas que no son licitas. Además ellas dicen que lo hacen para sobrevivir pero también para proteger a sus hijas”, dice Juanita Cruz, fundadora de Tzome Ixuk, una organización que brinda apoyo y albergue a mujeres y niñas migrantes.
Las mujeres y niñas que cruzan la frontera sur de México, son uno de los sectores más vulnerables entre los grupos que dejan su país, la mayoría de los casos por motivos relacionados con la violencia en los países de Centroamérica. De hecho, seis de cada 10 niñas y mujeres que migran a México son atacadas sexualmente, alerta Fondo Semillas, una organización feminista que el viernes pasado inició una campaña para reunir recursos que se destinaran a organismos no gubernamentales que velan por los derechos de estos grupos.
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Diversos organismos que velan por los derechos y seguridad de los migrantes han implementado una serie de “pláticas” para alertar a las mujeres migrantes en torno a estos grupos que esperan captarlas, la mayoría de las veces para trabajos sexuales, pero que también buscan extorsionarlas o incluso las secuestran.
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Estos organismos, que apoyan a los migrantes en un contexto en el que las autoridades mexicanas han sido denunciadas por cometer de forma sistemática diversas violaciones a los derechos humanos y el constante acecho de grupos delincuenciales, también colaboran para colocar en un empleo a las mujeres, les brindan asesoría legal e incluso les ofrecen refugio en albergues.
“Cuando llegan al albergue llegan mal, enfermas, asustadas, a veces hasta con traumas y tienen algunas veces llegan a tener problemas que requieren atención medica, pero llegan con mucho dolor porque salen huyendo, no traen ropa, hay familias que solo traen de ropa lo que se ponen, hay familias a las que les regalan cosas pero de su casa salen sin nada”, apunta Cruz.
En lo que va del año, 460,000 migrantes ingresaron al país, de los cuales 99,203 fueron puestos a disposición de las autoridades migratorias, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Migración, hasta septiembre.
Incertidumbre para organizaciones civiles Pese a que estos organismos no gubernamentales ofrecen un apoyo integral a los migrantes y con cada día más casos que atender, constantemente trabajan en condiciones de incertidumbre debido a la falta de recursos con la que operan.
“Lo que hemos estado haciendo con financiamiento como Fondo Semillas es un trabajo integral de defensa jurídica y psicosocial, sacar a las personas de las estaciones migratorias, trabajar con las personas que están en libertad para que se puedan regularizar, estamos especializadas en protección internacional y lo que estamos promoviendo con esta campaña de Protege su Camino, en organizaciones como nosotras, que además somos una organización creciente tenemos tres años trabajando, que tengan la oportunidad de fortalecer su trabajo en el tema migratorio, hay muy poco presupuesto”, apuntó Esmeralda Casillas, integrante de Kalsilaltic, otra de las organizaciones de la sociedad civil que forman parte de esta campaña.
El objetivo de la campaña “Niñas que Migra, Protege su Camino” tiene por objetivo recaudar 375,000 pesos para destinarlos a estos organismos.