Plaga de moscas azota comunidades en desierto potosino
El estiércol de las gallinas de las granjas se pone al aire y al sol para transformarse en composta orgánica, lo que ha provocado una plaga de moscas en las localidades situadas a 30 kilómetros a la redonda.
La quietud de la que gozaban las comunidades del semidesierto potosino terminó cuando tres granjas avícolas de la empresa Proan se instalaron en los municipios de Vanegas y Catorce para producir ahí el Huevo San Juan. El estiércol de millones de gallinas es vendido a la empresa Nuevas Tecnologías Agropecuarias, que diariamente saca de la granja 200 toneladas de excretas que trasladan a un predio ejidal de 20 hectáreas, a unos cuantos kilómetros de distancia, lo extienden para que el aire y sol lo transformen en composta orgánica, un insumo necesario para avanzar a una agricultura más sustentable, pero que ha provocado una plaga de moscas en las localidades situadas a 30 kilómetros a la redonda. “En vez de estar comiendo su alimento, está uno comiendo moscas”, reprochó don Agustín Villanueva, habitante del rancho Viborillas del municipio de Catorce, donde otras localidades como Carreta, Poblazón, La Pila y La Pasadita sufren por la plaga de moscas. Con enojo, el anciano relata las afectaciones provocadas desde que la industria avícola llegó a la región; “en el monte nada más sale uno y necesita andar nomás espantando a tanto animal, y el olorazo que se viene”, y así clama porque la tranquilidad vuelva a su rancho, “lo que más puedan, quitarnos ese ‘mugrero’ de moscas”.