Mujer bombero rompe todos los estereotipos para combatir incendios forestales
Sus inicios no fueron del todo fáciles, pues el hecho de ser mujer implicó convencer a los demás que el ser combatientes de incendios también es para ellas
Con más de nueve años en el combate de incendios forestales, Nancy Jazmín González Bobadilla, ha derribado mitos y barreras tanto personales como profesionales, pues ha hecho de esta profesión, tradicionalmente realizada por hombres, una forma de expresar su ímpetu y compromiso, asegurando que las mujeres tienen la misma ilusión y valentía para cumplir sus sueños. Originaria de Toluca, Estado de México, y mamá de dos hijos, Nancy se define como arriesgada, pues ha roto estereotipos en su familia y en su entorno, convirtiéndose en combatiente de incendios a pesar de todo lo que implica, desde el desgaste físico hasta el riesgo de un accidente. Como un mantra, se repite a sí misma, las y los que conoce ‘si yo puedo, tú puedes; si tú puedes yo también puedo y en la brecha nos miramos’, una frase que sintetiza su amor y respeto por esta profesión, a la que dice llegó por necesidad; pero poco a poco se convirtió en una de sus pasiones.
Sus inicios no fueron del todo fáciles, pues el hecho de ser mujer implicó convencer a los demás que el ser combatientes de incendios también es para ellas, que no hay diferencias palpables, que con capacitación y adiestramiento, por lo que ellas también pueden sobresalir en esta labor.
“Al principio sí fue muy complicado el abrirse paso, precisamente porque soy mujer, porque ‘no puedo’ porque ‘soy más pequeña’. Esto no se trata de si tienes más fuerza o no”.
Señaló que dentro de la capacitación, en muchas ocasiones el egoísmo se hace presente y resulta mucho más complicado que las mujeres se abran camino; sin embargo, las ganas de cumplir los sueños hacen posible superar estas diferencias, permitiendo además que más mujeres puedan integrarse a los grupos de combatientes.
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“Tenemos la misma ilusión y las mismas fuerzas para salir adelante, fue esta parte de tanta novatada, de estar entre tanto hombre que dije ‘no, las mujeres también podemos, ahorita gracias a todos los conocimientos y cursos ya tenemos dentro del organismo a varias combatientes”.
Durante estos nueve años, aseguró, ha tratado de mantenerse actualizada, a través de distintas capacitaciones, tanto a nivel nacional como internacional, con el objetivo de compartir un poco de este conocimiento con sus compañeros y compañeras, a quienes los une esta fuerza por poner un granito de arena en el cuidado y preservación ambiental.
Por cuestiones de la pandemia de covid-19, señala, que se tuvo que cancelar esta capacitación internacional que se desarrollaría en Virginia, y en la que se compartirían conocimientos con expertos de Estados Unidos, y en la que también participarían otras mujeres combatientes de países como Chile, Perú, Francia y Canadá.
Señala que el ser combatiente de incendios implica no sólo una preparación mental, también física, pues los incendios no únicamente se presentan en las regiones bajas, también en medio de los cerros o incluso en sus puntas. Para enfrentar estos retos, sus capacitaciones incluyen cargar una mochila de 20 kilos y pasar la prueba, que consiste en caminar 4.8 kilómetros en menos de 45 minutos, ya sea en pendiente o tomar una ruta, en la que todo el tiempo se carga la mochila.
de las experiencias que la han marcado fue un incendio en el “Cerro de los Tres Reyes”, ya que las condiciones atmosféricas como las ráfagas de viento provocaron algunos remolinos de fuego, representando un gran riesgo para las y los combatientes.
“Lo que soy hoy en día es gracias todos mis compañeros brigadistas, porque no llegaron como a apapacharme ni a decir ‘pobrecita es mujer’, aquí todos somos iguales y debemos de saber lo mismo, tenemos que hacer lo mismo, yo estoy muy profusamente agradecida con todos mis compañeros combatientes”.
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