Lozoya revela sobornos del gobierno de EPN a Ricardo Anaya y otros panistas
El entonces Presidente Enrique Peña y el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, encabezaban directamente la estrategia
Emilio Lozoya Austin declaró ante autoridades federales que dio 52 millones 380 mil pesos en sobornos a legisladores del Partido Acción Nacional (PAN), para que aprobaran las reformas impulsadas por el acuerdo político Pacto por México.
De acuerdo con otras filtraciones, muchos de los panistas sobornados eran cercados a Felipe Calderón Hinojosa. El expresidente tuvo un fuerte control de Acción Nacional hasta que dejó el mandato, de tan manera que logró colocar familiares y amigos en listas plurinominales en la renovación de los cuerpos legislativos. Pero los sobornos habrían sido en horizontal y sin distingos. Anaya, quien no era cercano a Calderón, se desempeñó como presidente de la Cámara de Diputados de 2013 a marzo de 2014, lapso en el que se llevó a cabo la discusión de la Reforma Energética. En mayo de 2014 asumió el cargo de secretario general del PAN.
Dicho dinero fue entregado en agosto de 2014 a una persona cuya identidad aún no ha sido revelada. No obstante, Lozoya mencionó que mantuvo comunicación con dicha persona a través de dos números telefónicos, para acordar el pago.
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Entre el 11 diciembre de 2013 y el 21 de abril de 2014, Lozoya envió más de 52 millones de pesos a los legisladores del PAN. Entre los nombres de los señalados destacan los exsenadores Ernesto Javier Cordero Arroyo y Salvador Vega Casillas. También fueron mencionados los actuales gobernadores de Querétaro y Tamaulipas, Francisco Domínguez Servién y Francisco García Cabeza de Vaca, respectivamente.
Otros de los destinatarios nombrados por Lozoya fueron Jorge Luis Lavalle Maury, expresidente de la Comisión de Administración del Senado, y Rafael Jesús Caraveo Opengo, exsecretario técnico de la misma, quien además estuvo implicado en la recepción del dinero, subrayó Reforma.
La aprobación de la Reforma Energética en diciembre de 2013 fue un motivo de fiesta para una gran parte de la clase política, en especial para los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN). El primero ocupaba la Presidencia, el segundo la había desocupado en buenos términos.
Senadores, diputados, empresarios, miembros del Gabinete y el mismo Presidente Enrique Peña Nieto celebraron la aprobación de la que fue considerada la “joya de la corona” de aquel famoso paquete de Reformas Estructurales que fue presumido en medios, foros y giras hasta el último día de ese Gobierno.
Siete años después, los logros de la Reforma son un tema de debate: la apertura del mercado energético de México al capital extranjero no logró atraer las inversiones calculadas entre los 10 mil y 15 mil millones de dólares anuales.