Excepcionales mujeres que fincaron el camino para las mexicanas de hoy

Sor Juana Inés de la Cruz, la gran figura de la literatura en lengua española: consagrada al estudio, llegó a reunir 4000 libros, numerosos mapas e instrumentos musicales, pero sobre todo no dejó de suscitar y crearse envidias y problemas debido a su forma de pensar, escribir y actuar. 

Frida Kahlo, multifacética, con los sentimientos a flor de piel: la mujer de las flores en la cabeza, los corazones expuestos, la ceja prominente y la columna dañada es la artista mexicana por excelencia.  Ha fungido como estandarte no sólo del arte mexicano sino también de los movimientos feministas mundiales. 

Rosario Castellanos, escritora y diplomática: considerada una de las escritoras mexicanas más importantes del siglo XX. Luchó toda su vida contra la oscuridad mientras que su obra le ha iluminado el camino a muchas mujeres. El eje de su obra fue la defensa de los derechos de la mujer, lo que la convirtió en un símbolo del feminismo en Latinoamérica. 

Atala Apodaca, excepcional jalisciense y revolucionaria: promovió el ideal de la “mujer moderna”, la cual debía ser liberal e independiente. Su propuesta era más radical que pedir sólo el sufragio femenino desestabilizando las construcciones de lo que debía ser una mujer y un hombre a principios del siglo XX. 

Hermila Galindo, pionera del movimiento feminista en México, luchadora social, oradora por excelencia, maestra y periodista:  convencida de sus ideales anti reeleccionistas, que transmitía en clase a sus alumnos en Durango y Chihuahua, encontró en la defensa de los derechos de las mujeres el aliciente que condujo su vida y trayectoria política. En 1914 forma parte del comité de bienvenida al Ejército Constitucionalista y ahí conoce a Carranza, con quien trabajó arduamente en la reconstrucción política de México promoviendo la política del primer presidente constitucionalista. 

Lola Álvarez Bravo, primera fotógrafa profesional mexicana: tomó el gusto por la fotografía gracias a una amiga de su esposo. Al enfermar éste, Lola debió sacar adelante el trabajo de su marido en la revista Mexican Folkways. Así fue como Lola comenzó su desarrolló en el mundo de la fotografía profesional.  Al regreso de un viaje de trabajo Lola creó la Galería de Arte Contemporáneo. En ese espacio Frida Khalo, su amiga, realizó la primera exposición individual de su obra pictórica, en 1953.

Matilde Montoya, contra todos los obstáculos socioculturales de su época, se graduó como la primera médica mexicana: después de titulada, Matilde trabajó en su consulta privada hasta una edad avanzada. Atendía a todo tipo de pacientes, cobrándole a cada uno según sus posibilidades. Participó en asociaciones femeninas como el “Ateneo Mexicano de Mujeres” y “Las Hijas de Anáhuac”, pero no fue invitada a ninguna asociación o academia médica, aún exclusivas de los hombres. Junto con la Dra. Aurora Uribe, fundó la Asociación de Médicas Mexicanas. Matilde amplió las posibilidades de trabajo de las mujeres en general.