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14/04/202507:41 a.m.Autor: Agencias Fuente: Agencias

China suspende la venta de minerales raros a EEUU.


En el tablero geopolítico actual, las tierras raras se han convertido en el arma estratégica más valiosa. Lo que comenzó como una guerra comercial durante la era Trump terminó exponiendo la vulnerabilidad de Estados Unidos: su dependencia crítica de China para obtener estos minerales esenciales en la industria armamentista y tecnológica.


¿ALIADOS O ENEMIGOS?

  • Las medidas comerciales agresivas del expresidente Donald Trump terminaron perjudicando a un sector clave de la economía estadounidense: la industria armamentista. China, en una jugada estratégica, respondió a sus amenazas con una contramedida dirigida: cortar el suministro de tierras raras a empresas de EE. UU.

Esta decisión dejó a Estados Unidos sin acceso al principal proveedor de estos minerales, que abastece más del 80% de metales como escandio e itrio, esenciales para la tecnología avanzada. Pero el blanco principal del movimiento, preparado por Pekín desde los primeros años de Trump, fue el sector militar estadounidense.

Según datos del Banco Mundial, en el último año, EE. UU. importó de China más de 116 millones de dólares en tierras raras y sus derivados, lo que representa el 74.6% de sus compras globales (y el 81.9% en volumen), demostrando la ventaja de costos del gigante asiático.

Estos elementos —17 en total— son vitales por sus propiedades magnéticas y conductoras, siendo la base de industrias innovadoras como la inteligencia artificial, los autos eléctricos y la electrónica avanzada. También son clave en aplicaciones militares: desde sistemas de misiles y sonares hasta láseres y aviones de combate.

Por ejemplo, el caza F-35 requiere al menos 417 kg de estos minerales, el destructor Arleigh Burke usa más de 2,300 kg, y un submarino Clase Virginia, más de 4,000 kg.

En las últimas tres décadas, la dependencia de EE. UU. de las importaciones de tierras raras ha crecido. Entre 2019 y 2022, el 72% de estas llegaron desde China, mientras que Malasia y Estonia aportaron solo el 8% y 5%, respectivamente.

Estados Unidos cuenta con una sola mina activa de tierras raras, Mountain Pass, pero incluso esta producción debe enviarse a China para su refinación, dependiendo así de su rival estratégico.

China no solo alberga el 35% de las reservas globales de estos minerales, sino que también domina entre el 80% y 85% de su procesamiento mundial. Además, ha expandido su influencia mediante inversiones mineras en otros países, particularmente en América Latina, una estrategia que ha encendido alarmas en Washington.

El dominio chino en la cadena de suministro de tierras raras le ha permitido manipular el mercado a su conveniencia, como lo demuestran datos de Statista.

En 2010, cuando China redujo sus cuotas de exportación de estos minerales, los precios se dispararon de 13.13 por kilogramoa casi 60 en cuestión de meses, evidenciando su poder para alterar los mercados globales.

Desde la primera guerra comercial bajo el gobierno de Trump, China ya evaluaba cómo golpear estratégicamente a una de las industrias más vitales para EE.UU. Lockheed Martin advirtió en 2020 que su dependencia de materias primas controladas casi exclusivamente por China —como las tierras raras— las hacía vulnerables a represalias comerciales.

Aunque en 2023 China congeló los activos de Lockheed en su territorio como sanción por la venta de armas a Taiwán, la empresa reconoció en 2024 que esta medida no afectó significativamente sus operaciones.

Sin embargo, sí alertó sobre el impacto de las restricciones chinas a la exportación de minerales clave para semiconductores y sistemas de misiles, implementadas entre 2023 y 2024.

Ante esta dependencia crítica, EE.UU. ha volteado hacia Groenlandia, que posee entre el 20% y 25% de las reservas globales de tierras raras, como posible alternativa para diversificar su suministro. 



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