"Ácido para disolver víctimas, disponible hasta en tlapalerías", alertan
Encontrar ácido clorhídrico y otras sustancias puede llegar a ser fácil y barato, por lo que urge una regulación legal
CDMX.- Benjamín Ruiz Loyola, académico de tiempo completo de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explicó que el ácido clorhídrico, sustancia que desde hace años utilizan asesinos y narcotraficantes mexicanos para destruir los cuerpos de sus víctimas, está disponible en tlapalerías y ferreterías a precios muy bajos.
De hecho, lo encuentras con mucha facilidad en las tlapalerías bajo el nombre de 'ácido muriático' y se utiliza para dar limpieza profunda a baldosas o excusados”, dijo.
Añadio que "lamentablemente, en México no hay un buen control para la comercialización de este tipo de productos. Hay casas especializadas en productos químicos, tú lo pides y te lo venden: listo, sin mayor investigación.
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Debería haber un mayor control, no con base en este hecho, pero hay muchas sustancias químicas que se pueden utilizar para cosas buenas y malas, como medicinas o para elaborar drogas".
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El ácido clorhídrico es la misma sustancia presente en el cuerpo humano para disolver los alimentos al llegar al estómago y favorecer el proceso de digestión.
Es tan corrosiva que tiene la capacidad de romper proteínas y aminoácidos de los alimentos, de manera que puedan ser absorbidos por los intestinos.
Al sumergir un cuerpo en ácido clorhídrico se separan las grasas del cuerpo, como la piel; rompe las proteínas y aminoácidos de los músculos.
“La reacción química descompone las proteínas del cuerpo para liberar los aminoácidos y hacerlo que quede soluble en agua. No deshace los huesos, éstos quedan ahí y a partir de la médula se puede obtener material genético para identificar al dueño original de cada osamenta", dijo.
Uno de los primeros casos que se dio a conocer de criminales que utilizan este método para deshacerse de los cuerpos de sus víctimas fue el de Santiago Meza López, apodado "El pozolero", un hombre que utilizó ácido, sosa cáustica y otras sustancias para disolver los cuerpos de cuando menos 300 personas.
"Hay que estar mal de la cabeza para hacer este tipo de cosas. Una persona normal de ninguna manera lo haría. Una persona normal no mataría a un ser humano, pero llegar al extremo de tener la paciencia de meterlo en un tambo, llenarlo de ácido, estar agitando y ver cómo se disuelve... es de locos", dijo