Realizarán homenaje a la memoria del poeta y cronista literario, Teodosio García Ruiz

Teodosio García Ruiz, que en noviembre de este año cumplirá el décimo aniversario de su fallecimiento, es el poeta y cronista literario de Villahermosa de finales del siglo veinte y principios del veintiuno con obras como el poemario “Sin lugar a dudas” y la extensa crónica literaria “Villahermosa, peligro para caminantes”, donde exploró la geografía y el ánima de una época. 

La convocatoria queda abierta a partir de hoy y cierra el 20 de abril y pueden consultar las bases del concurso literario en esta dirección virtual. 

Teodosio García Ruiz nació en Cunduacán, Tabasco, el 5 de mayo de 1964 pero por razones de trabajo del padre, la familia García Ruiz se establece en Villahermosa en 1978, en la populosa colonia Atasta de Serra. 

Teodosio García Ruiz se acopla con vitalidad en Villahermosa en 1979, cursar la Preparatoria y de inmediato se integra al taller literario que coordinaba el poeta ecuamex Fernando Nieto Cadena en el antiguo edificio del Instituto Juárez. 

Tenía 15 años, y desde entonces asumió plenamente la carta de identidad villahermosina que constató en su primer libro “Sin lugar a dudas”, conocido en 1985, en el que refleja las mutaciones de la ciudad, y las querencias personales. 

Pero fue en su jocosa crónica literaria extensa que tituló “Villahermosa, peligro para caminantes”, que escribió en 1996 y se publicó hasta 1999, donde mejor acaparó el perfil de la antigua san Juan Bautista. Fueron los libros más evidentes, pues aunque no se menciona en toda su obra, esta ciudad que pudiera ser cualquier ciudad del mundo, está presente. 

Teodosio bebe cerveza, fuma, lee, escribe y vive en esta ciudad. En 1986, sufre una alteración de la glucosa, tenía 22 años, pero mantiene su ritmo de vida y creativo, da conocer varios títulos emblemáticos: en 1990, Yo Soy el Cantante, dos años después Leonardo Flavio canta una canción (1992). Y en 1993 publica el libro que lo posiciona en el ámbito de la literatura nacional: Furias Nuevas. 

“A pesar de la enfermedad declarada y como consecuencia de la vida agitada que llevaba, a mediados de 1999 cayó en un estado de coma que lo dejaría con una neuropatía en la pierna izquierda y principios de ceguera irreversible”. Pierde la vista a la edad de 35 años, pero sigue escribiendo y viviendo a su modo. 

Teo, como le llamaban sus amigos y lectores, nunca abandonó esta ciudad, aquí ofreció talleres, publicó la mayor parte de su obra, vociferó y recorrió las cantinas, los mercados, las galerías y bibliotecas. Fue un poeta que no se tentaba el corazón para usar las palabras, era su forma ruda de amar la vida, y así lo aceptaban, y el aceptaba que lo llamasen con afecto como “el poeta Teodioso”. 

Muere el 12 de noviembre de 2012, a los cuarenta y ocho años, y por decisión familiar sus restos regresan al municipio que lo vio nacer. 

2012 es un año lamentable para la literatura en Tabasco, pues meses antes, también fallece el poeta Ciprián Cabrera Jasso, también en esta ciudad.

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