Para no dejarse vencer Rosalba Reyes Gil todas las mañanas despierta con mucho entusiasmo y sobre todo con Fe de que su negocio comenzará a repuntar poco a poco en esta contigencia sanitaria.
Ella, hace poco menos de dos años tuvo la visión de poner una fonda de alimentos al que le puso por nombre “El fogón de doña Esa”.
Como todo negocio, abría de lunes a sábado, sin embargo con la llegada del Covid-19 y las restricciones sanitarias, la negociación ubicada sobre la avenida 27 de Febrero ha ido en declive.
“En la actualidad, mi principal ganancia es mantener a flote mi negocio, hay semanas que no vendemos nada o quizá solamente dos días”, expresó la entrevistada, quien dijo haber implementado los protocolos de sana distancia e higiene personal en su local para la atracción de clientes, pero no fue suficiente.
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La mayoría de sus clientes solicitan los alimentos para llevar y pocos; muy escasos son los que se animan a degustar alimentos en el lugar, “quienes comen aquí son personas que pasaban por la calle”, señaló.
Cuestionada sobre los pagos habituales que se hacen como luz, agua, renta, lanzando una leve carcajada expresó, “ni me recuerdes, yo pensé que no la libraba”, al tiempo de indicar que fue muy difícil juntar el dinero para liquidar esas cuentas.
Pero ante la situación y reducción de horario, su única empleada también afrontó los estragos de esta “pausa económica”, viendo reducido su salario.
“Ella está conmigo desde el inicio”, indicó Rosalba Reyes Gil y es consciente de la situación, a tal grado de observar que hasta en un 60 por ciento han bajado las ventas y lo sabe pues ella es quien prepara los alimentos.