El hermoso paseo construido al sur del centro de la ciudad de Villahermosa, denominado Parque de "La Pólvora", rescató para el descanso y la recreación de los tabasqueños un área insalubre que, a más de foco de infección, resultaba un feo lunar en el rostro cada día más embellecido de nuestra capital.
Crear, donde nada existe; construir, en lugares baldíos y al mismo tiempo sanear, transformando el pantano infecto en un tranquilo espejo de agua que refleja el azul del cielo, es por demás plausible.
Pero, lo que nos ha parecido desde un principio errado, es la denominación del espléndido parque: como "de La Pólvora"; o peor aún: "La Pólvora". ¿Por qué este nombre?
Se dijo que lo llamaban así, porque se rescató parte de la antigua laguna de La Pólvora y se construyó en terrenos que antes formaban dicho depósito acuífero.
- Falaz afirmación, puesto que este parque se ubica dentro de lo que fuera el vaso de la laguna de "Mayito", porque la llamada laguna de "La Pólvora", no se encontraba en tal sitio, sino algunos cientos de metros más al norte, o sea donde ahora está la Colonia Municipal y el dédalo de callejuelas comprendido aproximadamente entre la calle de Ayutla y la de Allende, desde Pedro C. Colorado, hasta más o menos la calle de Arista.
- Esta laguna, que paulatinamente se fue desecando, se terminó de cegar en los años cuarenta, cuando una draga rellenó, con arenas del lecho del río Grijalva, el terreno que todavía parte de ella ocupaba, originando el gran predio que se conoció como "El Arenal". Gradualmente, El Arenal fue poblándose y en él se formó la antes mencionada Colonia Municipal y otras zonas urbanas dentro del área que aproximadamente se extiende, de Norte a Sur: de la calle de Allende a la de Mayito, ahora merecidamente nombrada Antonio Rullán Ferrer; y de Este a Oeste: de la calle Pedro C. Colorado por una parte (hasta el Paseo Tabasco) y la hoy avenida Francisco Javier Mina por otra, hasta la calle de Melchor Ocampo, en su último tramo, ahora llamado Periférico Carlos Pellicer.
BUSCAR EN LA MEMORIA
- Y ya que hablamos de la laguna de La Pólvora, bueno es que tratemos de indagar el porqué de su nombre. Si hemos de creer al Dr. Diógenes López Reyes, se llama así, porque como éste afirma en su Historia de Tabasco, en los años de 1792 a 1794, se levantó una casa de setos y techos de guano para guardar la pólvora, muy cerca del sitio que ahora ocupan las oficinas de la Comisión Federal de Electricidad en la esquina de Pedro C. Colorado y Allende, a la que se denominó "Casa Mata", y el pueblo llamó simplemente "La Pólvora".
En 1812, informa el mismo historiador, la dicha Casa Mata se construyó de ladrillos y techos de tejas.
Por tal edificio, Casamata, polvorín o arsenal, conocido simplemente como "La Pólvora", tomaron este último nombre la calle donde se ubicaba, o sea, la actual de Pedro C. Colorado, la laguna que se tendía a los pies de la loma que comprendía la calle mencionada, y aún el barrio aledaño.
Hoy día, muy cercano al sitio que ocupara la casa mata, existe un callejón llamado "Circuito de la Pólvora".
A la laguna de "La Pólvora" se le conoció con este nombre desde fines del siglo XVIII, y en el XIX se hace referencia constantemente a ella. En un documento, sobre sucedidos en el año 1833, se informa que:
En 1853, el gobernador de Tabasco, general Manuel María Escobar, dice don Diógenes López en su obra citada, mandaba azotar, para corregirlos por encargo de sus padres, a los "niños que se bañaban sin permiso en la laguna de la Pólvora..."
- A mayor abundamiento y para aclarar debidamente el error en que se incurrió al bautizar como "La Pólvora" al parque que debió llamarse de Mayito, haremos mención que existe un plano de San Juan Bautista y sus alrededores, que data de 1884, donde puede apreciarse la ubicación de las lagunas de Mayito y de La Pólvora y comprobar, que el espejo de agua que se localiza en el parque que nos ocupa, no corresponde a la laguna de la Pólvora, sino a la de Mayito.
- En el citado plano se observa que la laguna de La Pólvora se comunicaba con el río Grijalva, a través del llamado arroyo de El Gusano, mismo que al desecarse dicha laguna se convirtió en un caño de aguas negras, que al ser entubado cuando se urbanizó la Colonia Municipal, pasó a ser la actual calle José Guimond Caballero, en honor de quien fuera presidente municipal de Centro en los años cincuenta del siglo pasado.
En la desembocadura del antiguo arroyo de El Gusano, se construyó un cárcamo para desalojar hacia el río Grijalva, los drenajes de la Colonia Municipal. En un poema de la malograda poetisa Teresa Vera, denominado "Adiós al Grijalva", se lee la siguiente alusión a la laguna de La Pólvora:
Adiós Grijalva encantado, adiós, murmurante lago, adiós sauce cuyo halago
tu dulce sombra me ha dado...
Con lo antes expuesto, queda más que comprobado, que el hermoso parque llamado de La Pólvora, como líneas arriba explicamos, en realidad y en honor a la verdad histórica y geográfica, debió llamarse de Mayito.
Es necesario que, para evitar desatinos de esta naturaleza, se deba consultar a quienes verdaderamente se han dedicado al estudio de nuestra historia y nuestras tradiciones; a aquellos que con base en documentos indubitables, pueden dar fe de un determinado hecho, o rescatar de garrafales errores a quienes, por falta de conocimientos, incurren en ellos.