Más de 652 mil tabasqueños que viven en la informalidad también regresaron a la nueva normalidad bajo sus propios protocolos de higiene, para enfrentar en las calles la pandemia y poder regresar a sus negocios itinerantes.
En la calle, ya se puede ver a los boleros, vendedores de frutas en cruceros, albañiles, comerciantes informales que también han empezado a reactivar sus actividades, después de varias semanas de estar sin poder salir a la vía pública a ganarse la vida trabajando.
Estos comerciantes y trabajadores informales, se protegen, algunos únicamente con cubrebocas y otros, si su oficio se lo permite, utilizan gel antibacterial, pues es lo que tienen a la mano para poder enfrentar la pandemia y llevar un sustento al hogar.
De acuerdo al último reporte de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo para el Estado de Tabasco, en el último cuatrimestre del año pasado, en la entidad se registraron 652 mil personas que tenían un empleo informal.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en su reporte del mes de febrero de este año, también indica que esta misma cifra, está integrada por trabajadores dedicados a actividad agropecuaria, servicio doméstico remunerado, así como los trabajadores subordinados que no están afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Según el Estudio Diagnóstico del Derecho al Trabajo 2018, la relación entre los trabajos informales y la posición en la ocupación revela, que el 45 por ciento de los hombres y el 47.5 por ciento de las mujeres se encuentran en el mercado informal.
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Sin embargo, no solamente en la informalidad existe un riesgo latente para quienes desempeñan actividades que, además de ser señaladas como necesarias, son de alto riesgo.
A bordo de un taxi amarillo, Antonio de la Cruz Gómez cataloga su trabajo como uno de los más riesgosos, por el simple hecho de estar en contacto con los ciudadanos; al igual que Luis Alberto Pérez quien maneja una combi del servicio público que cubre la ruta Alvarado-Guardacosta-Centro... “tenemos que acoplarnos y a vivir con este virus”, expresó.
Desde abril, personas que realizan oficios de albañiles, carpinteros de obra negra, fierreros, pintores, electricistas y peones de la construcción sobreviven de puras “chambitas” que les caen a cuenta gotas de conocidos, amigos y clientes de antaño.
Durante la crisis sanitaria por el coronavirus, ellos son de los más afectados, al mantenerse paralizado el 80% del sector. Como pueden, se las ingenian para trabajar aquí y allá, en pequeñas obras, con tal de obtener un ingreso que les permita mantener a sus familias.
“Hasta las grandes constructoras, muchas de ellas han parado, hay poco trabajo y la gente está desesperada, se batalla para encontrar una chambita como parchar un enjarre, impermeabilizar un techo o poner un pisito, lo que caiga es bueno, pero a veces ni eso, con decirle que hasta mandados he hecho”, relató Arturo Pérez Hernández, maestro albañil.
En este sentido, José Luis “N”, que es otro de los que se gana la vida trabajando en las calles de Villahermosa, zigzaguea entre los autos que circulaban sobre Paseo Usumacinta ofertando sus productos.
En cada mano lleva cuatro bolsas, con la derecha levantada oferta “guayas” a 30 pesos mientras que con la izquierda oferta “chinín” a 40 la bolsa.
Es un vendedor ambulante que desde hace varios años se dedica a vender ya sea frutas o verduras que sean de la temporada del año.
Pero ahora, sus ventas han decaído y todo por lo delicado de la situación de esta contingencia sanitaria... “al principio no me importaba pero mis clientes me llamaron la atención, tenía que utilizar cubrebocas y clorar mi mercancía para así venderla”, relató.
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Dijo que ahora tiene que gastar más para poder ganar más, pues la compra de cloro y cubre bocas no entraban a principios de años dentro de su presupuesto para empezar su micro-negocio independiente, su única forma de obtener recursos.
El conoce el riesgo que existe en estos momentos, pero tiene que salir a trabajar al ser el único sustento económico para su familia.
Como José Luis, en la entidad hay muchos trabajares informales que son parte de uno de los sectores más golpeados por la pandemia, no solo por la crisis de la salud que atraviesa el mundo, sino por los efectos económicos que se generan.